Pepe, último protagonista de la 'Historia futbolística de la infamia'

El partido Real Madrid – Getafe nos ha dejado una de las imágenes más tristes que se pueden ver en un campo de fútbol. La deleznable agresión de Pepe a Casquero, al que pateó hasta dos veces tras derribarlo dentro del área, pasará a la historia negra del fútbol. Una historia que desgraciadamente no queda inaugurada con esta lamentable acción del central madridista. Muchos jugadores, algunos de ellos encantadores fuera del terreno de juego, han tenido arrebatos violentos en momentos puntuales.

Una de las acciones de este tipo más recordadas es el pisotón de Juanito al alemán Lothar Matthaus en un Bayern Munich-Real Madrid. El arrepentimiento de Juanito, tan gran futbolista como temperamental, no le libró de una sanción de cinco años sin pisar un campo europeo. También es célebre el pisotón que propinó Stoichkov al colegiado Urizar Azpitarte en un partido de Supercopa que jugaba el Barça contra el Real Madrid. Tras expulsar el colegiado a Cruyff, el delantero búlgaro, famoso por su fuerte carácter, se dirigió hacia Urizar y le pisó el pie. Otro famoso incidente ocurrido en un clásico entre los dos grandes equipos españoles fue el cabezazo del central brasileño Aloisio a Martín Vázquez.

El pisotón de Juanito

Siguiendo con la liga española, hay que recordar la acción entre Simeone y Julen Guerrero. El argentino clavó los tacos en el muslo a Julen, que comenzó a sangrar. No fue la única vez que Simeone se vio involucrado, ya sea en el papel de agresor o en el de agredido, en incidentes de este tipo. En 1994 Romario vio la tarjeta roja tras dar un puñetazo al argentino. El delantero alegó provocación previa, algo no muy difícil de creer tratándose del Cholo. Cuatro años después, en el Mundial de 1998, era el inglés Beckham quien propinaba una tímida patada a Simeone que éste exageró cayendo fulminado al suelo. Beckham se fue camino de vestuarios, pero ambas acciones son reprobables.

Si de patadas hablamos, la más brutal no la recibió un peligroso delantero ni un pegajoso defensa, sino un locuaz espectador que tuvo la infeliz idea de insultar al entonces delantero del Manchester United Eric Cantona en su camino hacia el túnel de vestuarios tras haber sido expulsado. El francés, ni corto ni perezoso, se lanzó contra el espectador y le asestó una patada en otra de las tristemente célebres imágenes que han quedado en el imaginario colectivo futbolero. La broma le costó seis meses sin jugar y una sentencia judicial que le obligó a realizar 120 horas de trabajos para la comunidad. El fútbol británico tiene otro caso particularmente relevante, ya que el agresor acabó en prisión. Duncan Ferguson, delantero del Glasgow Rangers, fue condenado a tres meses de cárcel por dar un cabezazo a un rival durante un encuentro de la liga escocesa.

La patada voladora de Cantona

Un caso curioso es el de Sa Pinto, delantero portugués de los años 90 que militó en la Real Sociedad. Estuvo 12 meses sin jugar, pero no por golpear a un rival en el campo, sino por agredir en 1997 a Arthur Jorge, entonces seleccionador portugués. La peregrina razón era no haber sido convocado para un partido de la selección lusa.

En la memoria reciente está la cobarde agresión de David Navarro a Burdisso por la que estuvo seis meses apartado de los campos. Al término del partido de cuartos de Champions de 2007 entre Valencia e Inter de Milan se produjo una tángana y Navarro, aprovechando el barullo propinó un puñetazo al jugador argentino del Inter. Tres años antes, con los mismos equipos en el césped y en la misma competición, había sido Adriano el que había visto la roja después de golpear al valencianista Caneira.

Los cracks más grandes no se libran de engrosar esta lista infame. Maradona fue expulsado en el último encuentro que disputó la selección argentina en el Mundial de España 82 por darle una patada al brasileño Batista. Dos años después sería protagonista principal en la batalla campal que se libró en el Bernabéu tras la final de Copa disputada por Barcelona y Athletic de Bilbao. El desencadenante de la trifulca fue una patada del Pelusa a Sola. Pero si hay un jugador cuya comparación con Jekyll y Hyde es apropiada ese es el francés Zidane. A pesar de ser un caballero dentro y fuera de la pista, como atestiguan compañeros y rivales, se le cruzaron los cables en varias ocasiones. En el Mundial de Francia 98 se perdió dos partidos por pisar a Faid Amin en el partido de primera fase contra Arabia Saudí. Tuvo tiempo de volver y ganar el campeonato marcando dos goles en la final. El siguiente incidente fue con la camiseta de la Juventus en un encuentro de Champions League contra el Hamburgo, cuando infligió un cabezazo a Kient. Se perdió cinco partidos europeos. Finalmente, su último arrebato tuvo lugar en el peor de los escenarios. Zidane jugaba con Francia la final del Mundial 2006, el último partido de su gloriosa carrera deportiva. Después de haber marcado un penalti a lo Panenka y con empate a uno en el marcador, respondió a las provocaciones de Materazzi con el cabezazo más famoso de la historia del fútbol. Francia perdió la final y uno de los mejores futbolistas de la historia puso un triste broche final a su carrera.

El cabezazo de Zidane

Desgraciadamente hay muchos más, pero estos son algunos ejemplos significativos de la historia negra del fútbol. El último, y uno de los más graves, lo protagonizó ayer Pepe. Habrá que esperar la inevitable sanción, no sólo por parte de la justicia deportiva sino también del Madrid. Es obligación del club no pasar por alto comportamientos como éste. Aunque es loable el arrepentimiento inmediato del jugador, no lo debe eximir de la sanción. Este tipo de acciones no son admisibles en el deporte.