De Cosmopolitan al Ministerio pasando por la Academia de papá

Los reproches a Ángeles González Sinde no cesan. La Asociación de Internautas ya calificó de “provocación” su nombramiento como Ministra de Cultura sólo unas horas después de que jurara su cargo. En las redes sociales también se ha consolidado este rechazo de grupos como el grupo de Facebook, desde el que se pide su dimisión, que cuenta ya con 27.400 miembros y va en aumento desde que se rechazó en el Parlamento francés la ley “antipiratería” con la que se pretendía desconectar a los internautas que hicieran uso de las redes P2P.

La nueva Ministra, ex redactora de la revista Cosmopolitan, plantea una reforma de la Ley de Propiedad Intelectual y el establecimiento de un acuerdo con las operadoras telefónicas para añadir algún tipo de tarifa extra que grave la conexión a la red. González Sinde ha intentado apaciguar los ánimos afirmando que “se va a encontrar una solución que sea buena para todos” y que escuchará a todas las partes, lo que ha animado a diversas organizaciones a escribirle una "carta ciudadana" en la que se desvincula el concepto de “piratería” a las redes P2P afirmando que éstas “se basan en la idea de intercambio de información y conocimiento, algo que ya se hacia en el mundo analógico, como prestarse privadamente un libro, una canción, grabarse una película de la tele para verla luego con la familia, etc. Por esto la copia privada es legal, aunque encima pagamos un canon por ella”.

Hace un año, la Ministra criticaba como presidenta de la Academia de Cine la “falsa idea progresista de que la cultura debe ser gratis". Ahora, tras los rechazos recibidos con tan sólo dos semanas en el cargo, ha suavizado su discurso afirmando que Internet "no va a ser un espacio acotado sino de oportunidades, de acceso y actualización de la cultura”. A la vista de estas contradicciones, en la carta se le ofrece un listado de organizaciones sin ánimo de lucro que pueden aconsejarla debidamente, así como un decálogo para una justa y profunda revisión de la Ley de Propiedad Intelectual.

En el decálogo se alerta de que la privacidad de los usarios no puede ser socavada por entidades privadas y de que los "derechos al conocimiento, al aprendizaje, al acceso a la cultura y a la libertad de expresión se verían gravemente socavados si se limitaran las herramientas de las que dispone actualmente la sociedad". Además, se pide una vez más la abolición del canon digital y el paso de las obras artísticas "al dominio público en un periodo de tiempo razonable, dependiendo del tipo de creación, con un máximo de 30 años".

"Quien paga tiene derecho, ésa era la premisa que había aceptado sin cuestionarla", dice Belén Gopegui en La Conquista del Aire, una maravillosa novela que fue adaptada al cine y saboteada por un guión escrito por la misma González Sinde, quien parece haber olvidado el espíritu crítico que se respira en la narrativa de Gopegui. ¿Hay que pagar para aprender, para querer saber? Es más: "por qué demonizan la copia cuando es la materia de la que está hecho el aprendizaje?", se preguntan en la carta. "Toda creación cultural, toda ampliación del conocimiento se basa en esta tradición recibida, de manera que ninguna creación es completamente original ni sería posible sin la existencia de este patrimonio colectivo (...). Querer lucrarse ávidamente de lo que es nuestra forma natural de aprender – copiar - en el momento de su mayor florecimiento, esto sí es un saqueo”.

"El primero que habló de 'el poder' como si fuera un nombre, desde luego sabía lo que hacía. Poder es un verbo", se dice en la novela.  Es decir, González Sinde puede restringir el acceso libre a la cultura porque ha sido nombrada Ministra, porque ha presidido la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (AACCE) o, simplemente, por un cúmulo de circunstancias que han hecho que ZP eligiera a la más retrógrada de las candidatas para calmar las aguas de la SGAE. Pero González Sinde no tiene Poder para hacerlo. No tiene el Poder absoluto y libre de peros. De hecho,
la Asociación de Internautas ya citó la Ley 5/2006 de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno con el objetivo de incapacitar a la nueva Ministra. Esta ley establece que hay conflicto cuando los intereses del puesto público (facilitar el acceso a la cultura al mayor número de ciudadanas posible) y los intereses propios, de familiares directos o intereses compartidos con terceras personas, convergen. Dado que José María González-Sinde, el padre de la nueva Ministra, fue fundador tanto de la AACCE como del sindicato de Autores Literarios de Medios Audiovisuales (ALMA) --sindicato que la joven guionista también presidió-- las razones para que la parcialidad nuble el Ministerio de Cultura, sobran.