La Fiel Infantería

Apenas fue hace unos años, pero parece que han transcurrido siglos desde que una mañana nos presentamos en la zona de reclutamiento con la solicitud de prórroga en una mano y el libro de Mercantil II en la otra –a las 12 había examen, con el indispensable puro que nos caía- para intentar alargar un par de años nuestra vida civil, otro poco más, estirándola lo más posible antes de que llegase el momento de disfrazarnos de sorchi. Hoy en cambio, las prórrogas volaron con el viento de la historia y la gente se bate el cobre por entrar en el ejército. Qué cosas.

LA FIEL INFANTERIA

Según el Ministerio de Defensa, este año, en el primer ciclo de recluta se han presentado seis aspirantes por plaza, dos más que el año pasado y el doble que en 2007. Los mandos se frotan las manos pues dicen que ahora pueden elegir a gusto ante la creciente demanda. Así mismo, el grado de preparación se ha elevado considerablemente, pasando de un 32% de reclutas con bachillerato, a un 40%. Desde luego, un verdadero éxito para nuestro ejército. Igual están buscando formar un ejército de eruditos a largo plazo, vayan ustedes a saber. Lo curioso es que ya no comentan nada de cuando bajaron al mínimo el nivel de las pruebas de admisión para intentar captar a esa bolsa errante de jóvenes despistados que no saben ni a dónde van ni lo que quieren.

Este supuesto triunfo del Ministerio de Defensa, nos lo venden como una gran gestión, un éxito en la creación de empleo y salida laboral de miles de jóvenes atraídos por el mundo del ejército. Los cojones. Como sucede en todos lados, la peña, desilusionada, confundida, sin oportunidades en otro tipo de trabajos y sufriendo en sus propias carnes el mal endémico del paro, acrecentado por una crisis que no es crisis –según algunos...-, pues no le queda otra que alistarse para ganar unas monedas, dando barrigazos en el campo por 14.000 euros brutos al año, y escuchando los mismos gritos que antes les daban en el andamio sus jefes, solo que ahora los reciben ganando la mitad de lo antes sacaban de paletillas.

Atrás queda esa época de reclutas enamorados de la vida castrense, herederos de un gen militar que se perdía en la noche de los tiempos, deseosos de llegar a ser alguien en el futuro y lucir con orgullo los galones ganados con esfuerzo y valentía. Prácticamente eso va convirtiéndose en carne del recuerdo para dar paso a jóvenes sin futuro que se agarran a un clavo ardiendo mientras dura la tormenta, soñando desde que se alistan abandonar el cuartel cuando escampe un poquillo, allá por el 2012 dicen los más agoreros...

Los que más sufrirán las consecuencias de este improvisado auge de la vida de armas son los inmigrantes, hasta hace un año cantera inagotable de la que se nutrían los tres ejércitos. Según reza el encabezamiento de la convocatoria de plazas para las Fuerzas Armadas correspondiente al segundo ciclo de recluta: "Plazas a las que pueden optar los extranjeros en concurrencia con los nacionales: ninguna". El Ministerio de Defensa salió rápidamente a comentar que no renunciaba a captar inmigrantes sino que no correspondía hacerles hueco en ese ciclo. Otros a los que les tocará estar jodidos según pintan las cosas.

Así que parece que comienza una buena época para nuestras Fuerzas Armadas, bueno, mejor dicho tropas de paz, que cuando los nuestros van a una “misión humanitaria” no pegan tiros ni deben responder al fuego enemigo, que aunque vayan fuertemente armados ellos están allí sólo para vigilar, no actuar. Incluso los muñecos que se ven en algunas tiendas reciben este nombre de tropas de paz, intentando convertir en ignorantes y gilipollas a todos esos niños que se compran el muñeco para jugar con sus amigos a soldaditos y batallas, como hemos hecho todos, sin convertirnos en unos violentos ni asesinos, como quieren hacer ver esos manipuladores de lo políticamente correcto.

En fin, igual que ahora les va bien a estos del ejército empiezan a repescar viejos films perdidos en el ostracismo nacional, alabando las hazañas patrias como en La Fiel Infantería, o donde los reclutas eran unos seres muy salaos y daban ganas de alistarse tras terminar de ver Quince bajo la lona, Botón de Ancla o Cateto a babor. Los que ya no tendrían éxito quizá serían Historias de la puta mili o Soldadito Español.