Tengo entendido que existen empresas que citan a un gran número de personas para puestos de trabajo "fantasma". Nunca me había encontrado con una de éstas, como les ha ocurrido a amigas mías. La cuestión es que ante la imposibilidad de encontrar trabajo relacionado con mis estudios, decidí envíar mi curriculum vitae a una empresa que ofrecía más de 30 puestos de trabajo.
Todo comienza cuando me inscribo en una oferta de Relaciones Públicas para una empresa de comunicación. Una semana después me llaman para decirme que están interesados en mi perfil y que si puedo hacer una entrevista con ellos.
El día citado me presento puntual en la dirección facilitada para el encuentro, pero la empresa me resulta realmente extraña. Una salita de espera que me trae a la memoria las de los médicos: casi quince personas sentadas esperando a ser entrevistadas, una recepcionista que me dice de acomodarme mientras que atiende una llamada de teléfono tras otra de gente interesada en la oferta de trabajo. Ella comenta que tienen puestos para Promotoras, Atención al Cliente y Relaciones Públicas y empieza a dar la misma hora a todas aquellas personas que están llamando.
Me siento y observo el lugar. En el medio, una mesa con revistas y veo como la mayoría de las personas ya empiezan a leerse su segunda magazine. A mi derecha la recepcionista y una sala cerrada con escrito gerente en la puerta y a la derecha de ésta, otra sala, apagada, vacía y a la vista de cualquiera donde se señala que eso es la sala de juntas. Al fondo se visualiza el cuarto de baño y esa es toda la empresa.
Una por una, las personas son llamadas por el mismo gerente. El mismo modo de actuar con todos: anuncia los nombres, esboza una sonrisa y mucho colegueo en sus comentarios, que están completamente fuera de lugar. La puerta se cierra tras cada candidato. Pasados unos minutos, la puerta se abre y la gente sale con cara de enfado, se van sin decir ni adiós.
Han pasado ya cuarenta minutos y yo aún sigo allí. Pregunto por el baño pero la administrativa me dice que está estropeado. Entablo conversación con una chica que está sentada a mi lado. Al igual que yo está enfadada por la impuntualidad a la hora de entrevistar y me comenta lo mucho que le sorprende la cantidad de personas a las que están dando cita.
De repente y como de costumbre en los últimos 40 minutos, el gerente abre la puerta para llamar al siguiente entrevistado, pero esta vez se gira hacia la recepcionista y le dice que los puestos de Relaciones Públicas están ya cubiertos. ¿Están de broma?
Empiezo a plantearme el levantarme e irme pero me puede más la curiosidad y espero, no sin antes protestarle a la recepcionista que hace ya una hora que espero. Vuelvo a mi silla y me fijo que una estantería hay carpetas con material relacionado con una conocida empresa de telefonía gallega.
En esto oigo pronunciar mi nombre. ¡Increíble! Entro en el despacho del gerente y éste empieza a usar un tono muy informal conmigo. Le digo que vengo por el puesto de Relaciones Públicas por el cual me habían llamado pero él me señala que en ese momento sólo quedan puestos para atención al cliente.
Me comenta que necesita a una persona que sepa manejar Office, programas de facturación y atender al teléfono. Añade las condiciones laborales, tipo de jornada y sueldo y que al día siguiente entre las once y las doce del mediodía llamará a los seleccionados para una incorporación inmediata.
-¿Tienes alguna pregunta?, me dice. A lo que contesto si sería éste el lugar de trabajo y me responde que no, que él está en proceso de alquiler de otro local. Mi cara se transforma en un cuadro. El gerente da por finalizado el encuentro, un apretón de manos y yo que salgo del despacho.
Cuando cierro la puerta tras de mi, oigo a la recepcionista dando más citas para relaciones públicas para la tarde del día siguiente.
Han pasado ya cinco días desde que hice esta entrevista y no he vuelto a saber nada de ellos. Desde entonces, sigo buscando aún trabajo y en todas las páginas webs de empleo sigo encontrándome con ellos, anunciándo los mismos puestos de trabajo y el gran número de vacantes que necesitan cubrir.
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