ARMEL LE CLEAC'H SEGUNDO EN LA VENDEE GLOBE

Por debajo de las borrascas invernales y frentes nubosos que llevan más de un mes llenando nuestros pantanos y amargándonos el carácter, un velero francés superó ayer Finisterre y traza un arco perfecto hasta la costa bretona. Armel Le Cleac’h regresó a casa, a las 09,40 de hoy sábado 7de febrero, a bordo del Brit Air, después de una vuelta al mundo a vela, en solitario sin escalas ni asistencia. Logra con sólo 32 años, es el más joven de los 30 marinos que iniciaron la aventura, la segunda plaza de la regata que con toda propiedad se ha ganado el sobrenombre de Everest de la vela. La Vendee Globe en sus sexta edición salió del puerto francés de Les sables D’ Olonne, hace hoy 89 días y los 10 marinos supervivientes que le siguen ascienden un océano Atlántico que este invierno está mostrando una cara excepcionalmente desagradable.

Armel Le Cleac'h, cortando la linea

Después de un tramofinal cabalgando olas de más de 6 metros y con vientos del noroeste de 30 nudos con ráfagas de 60, las últimas horas de navegación se han convertido en el resumen de todo lo que padeció desde que se puso a tiro del anticiclón de las Azores. Su llegada será recogida sin ninguna competencia mediática en los informativos del mediodía. Ya hay un tercero. Vincent Riou espera en suelo francés a que llegue quién compartirá con él la tercera posición ex equo que ostenta, por decisión del jurado, desde que perdió el palo cuando ocupaba ese puesto al salvar de un naufragio al que entonces iba segundo, la noche de Reyes en aguas de Cabo de Hornos.

Marc Guillemot (Safran) será posiblemente quién le acompañe la tarde del martes 10. Al mérito de su recorrido audaz bordeando el anticiclón de Las Azores para enfilar la costa francesa desde el noroeste, hay que sumarle las 80 horas de premio que la organización le concedió por perder tiempo al apoyar a otro participante que con una pierna rota, al sur de Australia, tardó ese tiempo en ser evacuado. Aunque la inglesa Samantha Davies (Roxy) puede dar una agradable sorpresa y robarle ese escalón en el podio. Ha realizado en un barco de diez años, que ha ganado las dos ediciones precedentes, una regata modélica siguiendo como una alumna disciplinada la derrota de los dos primeros. Ambos acaban de cortar hacia el norte el pelotón de otra regata francesa, la Transquadra, que reúne a 31 navegantes solitarios y 94 parejas, que saliendo de Saint Nazaire-han hecho escala en Madeira y han de alcanzar Martinica en los próximos días. Una fiesta privada en barcos de serie que no admite menores de 40 años.

Con clara intención de seguir al Safran el inglés Brian Thompson y Dee Caffari, también inglesa, atraviesan aguas tropicales preparándose para lo que les espera al norte, tras ellos el francés Arnaud Boisisieres, a la altura del Archipiélago de Cabo Verde y a 2700 millas de la meta, duda a quién perseguir. 900 millas detrás suyo y sin haber cruzado el Ecuador, el inglés Steve White sabe que ni ascenderá en el escalafón ni sus perseguidores le darán alcance.

Y los tres últimos ya no pelean, solo sobreviven en barcos muy trabajados, todos con un montón de años y miles de millas recorridas. El más viejo de la flota, el norteamericano Rich Wilson, lleva con mucha dignidad sus 59 años en la que posiblemente sea su última gran aventura transoceánica de las muchas que ha protagonizado, el francés Raphael Dinelli tiene 6000 millas por delante y a su tendinitis le debe añadir como injusta condena, las malas condiciones en las que está su palo. Si sobreviven, palo y patrón, llegarán a mediados de marzo, y tras ellos el austriaco Sedalcek que dobló el lunes el Cabo de Hornos y se enfrenta todavía a todo un océano con la tranquilidad de saber que nadie le persigue.

ARQUITECTOS EN LUCHA
Como en cualquier otra competición en esta regata hay enfrentamientos: marinos que guardan viejos resentimientos inconfesables, comprensibles combates de egos, jóvenes que intentan ocupar el espacio de los viejos, veteranos capaces de dar todavía lecciones a jóvenes ambiciosos, conflictos de género, ¿Qué pintan las mujeres en algo que hace 2000 años es la actividad viril por excelencia?, o de bandera, franceses contra ingleses, para que añadir más. Y económicos: Encontrar una empresa que patrocine una campaña de tres años a más de un millón de euros el año, como muy poco, no es fácil. Este último es el que al final hace crecer el mito de la regata y progresar a la industria.

Pero son los que diseñan los barcos quienes más prestigio se juegan después de los navegantes. El francés Michel Desjoyeaux ha rebajado a 84 días el record de la Vendee al timón de un barco del arquitecto neozelandés Bruce Farr. Los siguientes cuatro puestos están por definir. Desde su primera edición la Vendee Globe ha sido un monopolio del gabinete de arquitectos franceses Finot –Conq. Pero como todo se disuelve y desmorona al imperio de Jean Marie Finot y su más preciado alumno, también le llegó la hora de sucumbir ante impetuosos pero ilustres recién llegados. Bruce Farr no es un cualquiera, lo ha diseñado todo y siempre con éxito, sólo le quedaba entrar en los prototipos IMOCA 60 que corren la Vendee, y su primera incursión le ha dado la victoria en la madre de todas las regatas.

De los 30 barcos inscritos, Finot ha diseñado 8 de los que sólo cuatro quedan en regata, entre modelos nuevos para esta edición y supervivientes de más de 10 años. El Brit Air es de 2007 y aporta toda la experiencia y genio del gabinete francés y el Roxy es el antiguo PRB que ganó la Vendee de 2001 y la de 2005. Bruce Farr firmó 7 modelos. Aparte del ganador de este año, el Foncia, los seis restantes se han quedado por distintos motivos en distintos puntos del el camino.

Del gabinete inglés Owen-Clarke, solo el Aviva se mantiene en competición, de los cuatro barcos nuevos que puso en la línea. Peor suerte ha tenido una de las estrellas emergentes del diseño naval francés, los dos barcos que presentó el inspiradísimo Marc Lombard, (a quién esto firma no le importa reconocer su pasión por sus pulidos diseños) el VM Materiaux y el Veolia, han protagonizado cinematográficos naufragios.

El arquitecto francés G. Verdier, se introduce en uno de los clubs más selectos con dos de sus diseños, uno nuevo pero relativamente convencional, el Groupe Bel, y otro en una peculiar joint venture con los arquitectos Van Peteghem- L. Prevost, el Safran. Un catálogo de todas las innovaciones que casi seguro incorporarán los futuros diseños y paradójicamente el que sobrevive, y que es también posiblemente el más efectivo, innovador y bonito de toda la flota. Seis “autores” más han presentado el resto de los barcos participantes, algunos son modelos que corrieron ediciones pasadas y que con una puesta a punto más o menos costosa, amortizan dignamente su elevado coste inicial.