ENCUENTROS INESPERADOS EN LA VENDEE GLOBE

Después de 68 días en el mar y 13.500 millas recorridas (25.000 Km.), los dos últimos participantes en la Vendee Globe, el francés Raphael Dinelli y el austriaco Norbert Sedalcek, se encuentran a menos de 70 metros el uno del otro en un lugar despreciable, entre la costa sur de Nueva Zelanda y el Cabo de Hornos y a más de 6.700 millas del primero, Michel Desjoyeaux, quién ha sobrepasado la latitud de Recife en Brasil e intenta apretar al máximo su prodigiosa embarcación, el Foncia. El líder de esta sexta edición del Everest de la vela ha rebajado hasta menos de 4000 las millas la distancia que le queda para alcanzar el puerto de arribada, Les Sables D’Olonne, e incrementa la ventaja sobre su más directo perseguidor navegando a más de 400 millas por delante de Roland Jourdain quién a bordo del Veolia, se encuentra ansioso por dejar la zona de instabilidad frente al Brasil y alcanzar los alisios.

El jubilado Rich y su Great american III

NAVEGAR EN CONSERVA
Es el término de la vieja marina para referirse a la negación a la vista. Suele suceder que en la elección de la ruta, después de sopesar el régimen de vientos y las condiciones meteorológicas, y en función de las características de los barcos, se formen parejas o grupos de participantes que recorren a veces miles de millas muy cerca en uno del otro. Eso crea una sana competitividad y da moral a la hora de afrontar dificultades.
En otras palabras, se pasa menos miedo, es bueno y reconfortante saber que en caso de avería tienes a menos de 200 millas un colega que vendrá a echarte una mano. Lo que ya no es tan normal y dice mucho de la precisión de los cálculos o de lo muy solos que se sienten, es navegar durante días a unos cientos de metros por delante de tu perseguidor. Así ha sucedido en esta edición en algunas ocasiones.
Lo hicieron al sur de Australia el Generali y el Safran, también el trío formado por Dee Caffari en el Aviva, Boissieres en el Akena y Thompson en el Pindar navegan a menos de un día de distancia desde que dejaron por su popa Nueva Zelanda, y hace ya un mes que el Foncia y el Veolia ocupan los dos primeros puestos separados por 300 millas. En la cola de la prueba, y a menos de dos semanas para que Desjoyeaux cruce la línea de meta, el Fundation Ocean Vital y el Nauticsport Kapsch hacen su regata particular sabiendo que les espera con mucha suerte todavía un mes a bordo para alcanzar Les Sables.

CON ASMA, JUBILADO Y DE HARVARD
Por delante de ellos el norteamericano (desde su primera edición siempre se ha inscrito en la Vendee Globe un norteamericano que deja el pabellón de la vela yanki a muy honrosa altura), Wilson Rich a bordo de Great American III hace su recorrido en soledad absoluta, este jubilado de 58 años explica entre otras cosas como se navega al estilo de Boston y como… ¡enfrentarse al asma! en su página web www.sitesalive.com. Este Profesor de Harvard atraviesa estos días una tempestad que le ha obligado a llevar un casco en la cabeza incluso dentro del barco, el antiguo Solidaires, un barco francés del 98. El cuarto navegante todavía en el Pacifico y a solo 200 millas del engorroso paso por el Cabo de Hornos, Steve White y su Toe in The Water, navega únicamente con las velas de proa, después de romper las poleas de la vela mayor y tendrá que reparar en el “área de descanso” de la Malvinas.

NÁUFRAGOS EN PARIS.
Vincent Riou y Jean Le Cam, han aterrizado en París esta semana. La rueda de prensa www.vendeeglobe.org en la que se detalla el naufragio y el salvamento se convirtió en el tema de la semana en los informativos franceses. El primero ha sido premiado por la organización con el tercer puesto Ex a quo en la clasificación final. Era el lugar en el que se encontraba cuando destrozó su barco para salvar a su compañero, amigo y compatriota en su naufragio a 200 millas del Cabo de Hornos en la noche de Reyes, el pasado 5 de enero.

ADIOS A LAS MALVINAS
Sam Davies, Roxy, en cuarta posición y muy al norte de las Malvinas, confiesa en su comunicación diaria con el programa de radio de la organización, que hace una semana que comenzó a hablarle al barco, “Eso me inquieta un poco, pero de momento no me ha contestado. Eso es que todo va bien”. Tras ella, y algo descentrado desde que su “pareja” Yann Elies fue evacuado con una pierna rota del Generali por la armada australiana, el Safran del francés Guillemot, intenta acercarse a la popa de la inglesa, por no navegar tan solo.
Todavía alejándose de la tempestad que les recibió en el cambio de océano, vientos del norte de más de 100 Km. /h y olas por encima de 10 metros, tres marinos que alcanzaron casi a la vez el Atlántico han dejado las Malvinas por su popa y con daños visibles en sus barcos y mucha fatiga acumulada, se enfrentan a un escenario difícil, la zona de vientos inestables y mar cambiante frente a la costa argentina.
Dee Caffari, navega con lo único que le queda, sus velas de proa y unos retales de su vela mayor, quiere acabar la prueba como sea y convertirse en la única mujer en la historia con dos circunnavegaciones opuestas en solitario, la que realizó hace dos años en 178 días por las mismas latitudes pero en sentido contrario, navegando hacia el oeste y esta Vendee Globe.
Con ella, el Pindar y el Akena Verandas afrontan el ascenso del Atlántico Sur en su fatigosa zona de mar muy cambiante y caprichoso régimen de vientos frente a la costa argentina. El Akena, que perdió su antena satélite en la tempestad de Hornos, no es otro que el antiguo Sodebo de 1998, un barco más que amortizado con 120.000 millas en su curriculum y que ha cruzado el Atlántico más de 10 veces y le ha dado tres vueltas al mundo en manos de lo más granado de la vela francesa, que en el caso de la navegación en solitario de la fórmula IMOCA 60 www.imoca.org es como decir de la vela mundial.