Reparto de pullas y alabanzas a miembros de su profesión, sin pelos en la lengua. Sinceridad absoluta, eso es lo que promete Alfredo Landa en sus memorias, Alfredo el Grande. Vida de un cómico
Ni "Easy Rider" ni leches, Alfredo en "El puente"
En marzo de 2007, durante la celebración del Festival de Cine Español de Málaga, Alfredo Landa, actor de raza que ha cosechado a partes casi iguales amor y odio absoluto durante su carrera, decía adiós a cuarenta años de profesión, incapaz, según él, de seguir poniendo pasión en su profesión. Meses después recibía un Goya de Honor por el conjunto de su carrera, que nos proporcionó unos angustiosos momentos, cuando Alfredo Landa sufrió un inexplicable colapso mental y fue incapaz de articular su discurso, atenazando el corazón de todos los que le contemplaban en directo y por televisión.
Desde que iniciara su carrera como actor de cine (ya tenía experiencia como actor de teatro y de doblaje) Landa se convirtió en uno de los rostros característicos de la comedia española de los años 60 y 70. Junto a actores como José Luis López Vázquez, Tony Leblanc, Gracita Morales, Concha Velasco, José Sacristán y otros muchos, popularizó un tipo de comedia popular, accesible todos los públicos, en la que normalmente Landa interpretaba al típico españolito machista y reprimido, pero noble y de buenos sentimientos. Éstas comedias y esta recreación del españolito medio, tan magistralmente interpretada por Landa, derivaron en lo que se conoció como el landismo comedias en las que el carpetovetónico Landa bordeaba el infarto ante el despliegue de suecas y guiris variadas ligeritas de ropa (todo lo ligeritas que la época, principios de los 70, permitía) y pidiendo guerra, normalmente en contraposición a la novia o esposa abnegada, fiel y sufrida, que asistía indignada a las maniobras de ligón de playa del echao padelante Landa.
A mediados de los años setenta, la carrera de Landa da un giro espectacular, mostrándonos a un actor versátil y profesional capaz de interpretar registros mucho más variados, y de hacernos olvidar sus astracanadas y comedietas intrascendentes, que todavía seguía interpretando, con magistrales papeles como el del fracasado motero de El puente, o el del atormentado detective Germán Areta en El Crack. En 1984 Alfredo Landa obtiene el reconocimiento unánime del mundo del cine con su magistral y emocionante interpretación en Los Santos Inocentes, de Mario Camas, que encogió el corazón de millones de espectadores. A partir de ahí, Alfredo Landa, respetado y admirado como actor, a pesar de los que siempre le han identificado con las comedias más chabacanas y burdas del cine español, ha seguido regalándonos papeles de enjundia junto con trabajos de supervivencia, se ha atrevido con la televisión y ha dejado la impronta de su carácter y nervio interpretativo. Nunca ha renegado del landismo, pero ya hace tiempo que superó esa etiqueta para convertirse, por derecho, en uno de los grandes del cine español de todos los tiempos. A sus fans, solamente nos queda revisionar sus mejores películas, e incluso las peores, porque aunque él mismo reconoce que ha hecho infinidad de bodrios, "Que conste, que hasta en las pelis malas yo estoy bien como actor. Genio y figura. Ahora nos llegan sus memorias, "Alfredo el Grande. Vida de un cómico", que prometen ser jugosas y, sobre todo, sinceras, como corresponde a un tipo impulsivo y visceral, todo un carácter que le ha convertido, pese a su estatura, en un actor enorme
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
“Algunos luchamos por tener los pies en suelo.” Lo decía ayer en su Twitter Raül Romeva, uno de los cuatro eurodiputados españoles (Oriol Junqueras, de ERC, Ramon Tremosa, de CiU, Rosa Estarás del PP y él, de ICV) que apoyaron la enmienda para evitar que el presupuesto comunitario de 2012 contemple los vuelos en primera clase de los parlamentarios europeos. No era una excepción. Lo escribía ahí porque es lo que hace siempre: ser transparente.
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
Son los cien primeros, como podrían ser doscientos o diez. Lo importante es el concepto. La idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. Nunca tendremos una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión. Y los cien primeros días son esa primera impresión. Veamos su importancia.
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
“Os propongo que sea el Comité Federal, en la próxima reunión que tengamos, después de las elecciones autonómicas y municipales, el que fije el momento de activar el proceso de primarias previsto en los Estatutos del partido para elegir nuestra candidatura a las próximas elecciones generales.” De esta manera, Zapatero ha puesto las primarias en el punto de mira tras anunciar que no será candidato a la reelección. Tras este anuncio, observamos algunas reflexiones sobre el proceso
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.