Balones, plumas y batas

Todavía calientes los rescoldos de la polémica de Javier Clemente con el Grupo Prisa, me presto a encender yo otra diatriba, no contra una empresa mediática, no, sino contra todo el sector periodístico. Y esto amparado por un blog que regenta uno del gremio. ¿Por qué? Pues por una cuestión en absoluto banal y caprichosa: por las constantes incorrecciones de los plumillas deportivos cuando hablan de temas médicos.

Punto es punto, de sutura

 Errores que no veo, en cambio, en las páginas de economía o de moda. ¿Quién confunde la seda con la micropana?. Dirán que soy un bata blanca quisquilloso con demasiado tiempo libre que lee demasiada prensa deportiva, y dirán muy bien (y cuando digo bien es bien). Pero si tenemos en cuenta que entre todos los diarios deportivos acumularán una tirada  de unos tres millones y que los lectores se multiplican gracias a bares y cafeterías, somos unos cuantos miles de sanitarios los que nos descojonamos día sí día también con tales gambadas.El lunes, sin ir más lejos, The Country rememoraba la mítica entrada de Andoni Goikoetxea a Maradona en la que todos creíamos que había roto el tobillo del astro. En aquella ocasión el periodista de turno dio un parte de lesiones que hablaba de “fractura perineal”. Sin embargo hay que observar que el periné (región entre los genitales y el orto) y el peroné (hueso de la pierna) no dan los mismos adjetivos, en este caso peroneo. Y Goiko jodió bastante al diez, pero no hasta ese punto literal y escatológico.

Una de las erratas más frecuentes y más irritantes es la de la lesión en los “abductores mayores”. Hay que decir que no existe ningún músculo que se llame abductor mayor, mediano o menor; lo que se lesionan los futbolistas son los adductores (con una o dos “des” si se quiere), que están en la cara interna del muslo. Son los que acercan la pierna a la línea media, es decir, los que intervienen en el noble arte de pegar con el interior. Los que nunca se lesionaron Salva Ballesta o Javi Moreno. Tampoco Alan Shearer, pero obviemos comparaciones. Supongo que pensarán que con “be” suena mejor y que los médicos escriben muy mal cuando dan sus informes, pero da la casualidad de que los nombres en anatomía no los pusieron ni García de la Concha ni mucho menos Roberto Palomar.

Muy habitual también es aquella de “se lesionó el ligamento de la rodilla”. El único. Suelen referirse al cruzado anterior. Eso querrá decir que habría otro posterior, al menos. Y habrán oído hablar del lateral interno y del externo. Y hay incluso más, se lo juro, me lo dijeron un día en clase. El otro extremo lo forman los que dicen “se rompió los ligamentos de la rodilla”. ¿Todos?. Me extraña porque, hasta que Materazzi demuestre lo contrario, es bastante difícil conseguir semejante strike. Es curioso, porque hasta un médico utilizará el indeterminado “se ha roto un ligamento” si ha de explicarse ante un profano en la materia. Pero quizás para un periodista usar ese indeterminismo suponga mostrarse demasiado ignorante ante sus lectores, aunque sea más correcto.

Hay muchos más ejemplos, pero a veces también aciertan. Casi ninguno falla ya cuando un futbolista, normalmente Messi, se echa la mano a la parte posterior del muslo: “se ha roto los isquitiobiales”, dirá el locutor. No conviene confundir con esa vez que Míchel se echó la mano atrás y encontró las bolas de Valderrama. Allí debió de nacer su famosa coletilla como comentarista de la tele: mientras hacía malabarismos quizás pensó,“interesante”.

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