Sarah Palin o el arte de dar palos al agua

Se cree la típica ama de casa pero tiene un hidroavión señores. Además le van las declaraciones con fundamento y la familia e iglesia son su estandarte. ¿Habrá tan mala suerte?

De Idaho salió y aterrizó en Alaska, sentada en una silla más o menos cara; en un despacho menos elegante que otra cosa. ¿Sus aliados? Los osos polares y la derecha más extrema, católica y recalcitrante del american way americano.

Licenciada en periodismo y ciencias políticas Palin se supo vender al diablo. Ya de pequeña la llamaban Sarah Barracuda por sus jugadas en baloncesto y no andaban desencaminados. ¿Cómo una tipa que en el fondo es mediocre, con escasa preparación y con grandes declaraciones podría llegar a ser vicepresidenta de los Estados Unidos? Para responder fijémonos en la estupidez yanqui basada en tres cosas: familia, iglesia y más familia.

Parece que los republicanos nadan entre la suerte y convierten los escándalos en bendito oro. Oro en forma de bombo de 7 meses y escándalos de varios tipos. A la quizá futura vicepresidenta le gusta desgañitarse e ir declarando guerras por ahí a esos tipos tan majos y permisivos como son los rusos. Seguramente enecendió ese día el satélite y la CNN hizo que su sangre hirviera más de la cuenta y dijera -¡Estos rusos! Como me hagan otra les meto un misisl por el culo a Putin y a todos sus muñecos- Graciosa la condenada, ¿no creen?.

Hay que decir que como alcaldesa no lo hizo del todo mal. Hasta hizo una pista de hielo cubierto. (Recordemos que estamos en Alaska donde el hielo es tu amigo). Lo que hará no quiero ni saberlo. Tiene pinta de ser una ignorante y desprende un tufo a película de las 3 en telecinco que me da arcadas. Dejemos que la suerte y la estupidez norteamericana hagan el resto para luchar contra este azar que cada día nos mata poquito a poco.