No sólo de los oros de Phelps vive la natación olímpica. Eamon Sullivan y Alain Bernard dirimen en estos Juegos quien es el nadador más rápido del mundo en uno de los duelos más apasionantes de la competición. Esta madrugada, a las 4:46 horas, en la final de los 100 metros estilo libre tendrá lugar el primer asalto por este título oficioso. El segundo, el sábado en la distancia corta, los 50 libres.
Eamon Sullivan (EFE)
Ni norteamericanos, ni rusos. En 2008, la velocidad es asunto de un francés, Alain Bernard y un australiano, Eamon Sullivan. La temporada de ambos está resultando excepcional. La mutua competencia les ha llevado a una continua escalada de mejora en las plusmarcas de las pruebas de velocidad, que está teniendo continuación en los Juegos.
En los 100 metros, Bernard pulverizó en el Campeonato de Europa disputado en marzo el record de Pieter Van de Hoogenband. El registro del holandés, logrado en los Juegos de Sydney, era de 47.84 segundos. El francés lo rebajó en 24 centésimas en las semifinales de los Europeos y arañó 10 centésimas más en la final, dejándolo en unos redondos 47.50. Por pocos días no fue Eamon Sullivan recordman mundial de los 100 libres, pues cuatro días después del récord de Bernard, el australiano nadaba el hectómetro en 47.52, logrando así la segunda mejor marca de la historia y quedándose a sólo dos centésimas del récord.
Pocos meses le ha durado la marca a Alain Bernard, pues en Pekín ha vuelto ha ser rebajada. El pasado día 11, en la impresionante final de 4x100 libres en la que Phelps logró su segundo oro, Sullivan empujaba a Australia a la consecución del bronce nadando en unos espectaculares 47.24. El último capítulo de esta desenfrenada lucha por nadar más rápido tuvo lugar la pasada madrugada en el Cubo pequinés. Bernard volvía a rebajar el récord, venciendo en la primera semifinal con un tiempo de 47.24. Poco le duró la alegría al francés. Tres minutos después, en la segunda semifinal, Sullivan se acercaba a los 47 segundos parando el reloj en 47.05.
Tampoco la prueba de 50 metros libre ha quedado al margen de la titánica lucha de ambos nadadores. En febrero, el australiano rebajó en ocho centésimas de segundo el record de Alexander Popov, situado desde hace ocho años en 21.64 segundos. Pero poco después, Bernard, al que al parecer gustan las cifras redondas, lo volvía a rebajar, colocándolo en 21.50. La respuesta de Sullivan no se hizo esperar, con una marca de 21.41, mejorada más tarde por él mismo hasta 21.28 segundos, donde se encuentra actualmente. Mañana mismo, en la tarde pekinesa, mañana española, se disputan las series de 50 metros libres. El viernes serán las semifinales, y el sábado, a las 4:36, la segunda parte de este apasionante duelo en la final de 50 libres.
Pero antes, esta madrugada, Sullivan y Bernard disputan el primer asalto. En juego está el oro en los 100 metros libres y la posibilidad de un nuevo record del mundo, lo cual se está convirtiendo en rutina en el Cubo de Pekín. La marca lograda en semifinales por Sullivan (47.05) invita a pensar en que alguno de los dos (o ambos) pueda superar la barrera de los 47 segundos. El tercero en discordia será el norteamericano Jason Lezak, que aunque ha sido tercero en la semifinal con sólo 47.98, posee una mejor marca de 47.58 y fue el artífice, con su excepcional último relevo, de la medalla de oro lograda por Estados Unidos en 4x100 libre. También el vigente campeón olímpico en la distancia, Pieter Van de Hoogenband, intentará colarse en el podio a sus 30 años, aunque lo tendrá difícil ante la pujanza de las nuevas generaciones. A las 4:46 horas, Bernard contra Sullivan. Hagan sus apuestas.
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