La cárcel de las almas perdidas

Para quien no lo sepa aún, Guantánamo es un enclave situado en la isla de Cuba y controlado por EEUU mediante una base/cárcel militar sostenida en los brazos de un grupo de terroristas relacionados con Al-Qaeda

Las manos que sostienen Guantánamo

Actualmente 270 presos forman parte de la plantilla formalizada en la cárcel terrorista estadounidense. Presos de profesión que degustan un trato deshumanizado, 22 horas de encarcelamiento continuo, la prohibición de visitas o las celdas sin ventanas, porque ¿quién necesita ventanas teniendo el Corán? Estos pretenciosos musulmanes…

Tal encierro presenta un problema fundamental para la organización militar en el enclave. Siendo rigurosos, los presos deberían hacer algo las dos horas al día que no están dormidos. Bien, pueden disfrutar de cierta actividad física en ese espacio de tiempo, casi siempre de noche, como refleja el informe Condiciones de detención y salud mental en Guantánamo.

Dicho informe -publicado ayer por Human Rights Watch (HRW)- vuelve a denunciar  las condiciones que soportan los presos terroristas aislados en la base y añade el delicado estado mental que un alto porcentaje de los recluidos presenta."Guantánamo tiene que cerrar, pero mientras tanto es un error mantener a los detenidos en condiciones que tienen efectos psicológicos devastadores” dice Jennifer Daskal haciendo uso de la paradigmática diplomacia que caracteriza a la organización.

Cuadros psicóticos, depresión, ansiedad… es el diagnóstico general que establece el informe sobre la cárcel de las almas perdidas, donde los encierros son de carácter indefinido para presos que ni tan siquiera han sido acusados formalmente –son 70 los que desde su celda esperan ser liberados y trasladados a sus países-. Esto recuerda a la obra de Maquiavelo, Il Principe, en un sentido muy poco literario

Prediquemos con el ejemplo, un joven de Chad que lleva seis años encerrado ha intentado suicidarse en siete ocasiones. Cuatro son los suicidios publicados desde 2003.  Aquí la verdadera crueldad es que haya quien no lo consiga.

Son constantes los alegatos para solucionar el problema -para limpiar nuestras conciencias- del grupo de muñecos sometido y esclavizado en Guantánamo, como si de una creación de Jim Henson se tratase. Y EEUU no deja de negar el maltrato, en Guantánamo hay aspirinas, alegarán.

Pueden visitar de forma interactiva  la cárcel de Guantánamo.