Puta´s fever

Ronaldo protagoniza el penúltimo capítulo del serial "deportista y putero, un tópico hetero".

André Luis Ribeiro Albertino (izda.) —Andréia Albertini— y Ronaldo. Según ella, no le quiso pagar al enterarse de que no era mujer. Fotos: AFP, EFE

Con razón tarareaba Manu Chao aquello de "cuidao en la barrio, cuidao en la acera, cuidao donde sea". No es el mismo contexto. Ni es el mismo tema, sólo un juego de palabras que viene al hilo, y al pelo, dicho sea de paso, de la última aventura del gordito que un día fue delantero letal y ahora putero ocasional.

Ya sabrán a estas alturas que Ronaldo llamó para pedirse tres y se olvidó de especificar si las quería con doble de queso o refresco opcional. Así que le enviaron lo que había, unos travestis, y al hombre se le fundió la líbido al comprobar que no eran de natural femenino sino transgénico. O transgenérico, que sería lo suyo.

También sabrán a estas alturas que el astro de la pelota convalece de una lesión que amenaza con retirarle de los campos. Vamos, que entre sus heridas de guerra y sus aficiones lo más probable es que termine tatuándose alguna chorrada en el hombro y alquilando a alguna rubia modosita para vender en exclusiva un nuevo amor verdadero.

Qué gente. Los del fútbol. Estos héroes. Tan lamentables.

Un día de estos organizarán un partido benéfico para recaudar fondos para las putas. Bueno, si no son hombres.