Danica, la de las tetas veloces (*)

Una nueva mujer ha venido a profundizar en las telúricas aguas de la belleza y el deporte. Una vez demostrado que Anna Kournikova sólo estaba buena (que no es poco) llega desde el otro lado del charco una morena veloz, de las que sale en los calendarios y gana.

Danica Patrick, fuera de los circuitos.

La mujer de la foto no es lo que parece, aunque parece lo que es. Vamos, que ella, llamada Danica Patrick, ha logrado liquidar el dilema de las tetas y las carretas demostrando que las dos tiran lo mismo. Y mucho. Ella, que según su web futurista vive en Phoenix y tiene un perro que se llama Billy, ha logrado llegar a dónde muchos rudos hombres no pudieron. Danica, aunque no lo parezca, es piloto y pilota. Y gana carreras. De hecho, ha sido la primera mujer en hacerlo en la Indycar.

Con ella, en un mundo de inexpresivos muchachos de cuellos anchos, se han roto los esquemas. Claro que, al principio (ya conocen, la típica historia americana) nadie se fijaba en sus aptitudes dentro del coche y preferían verla fuera y acalorada. Y ella, antes de demostrar que es buena conduciendo, se hizo multimillonaria enseñando las carnes en las páginas centrales de eso que llaman revistas masculinas; tanto que según Forbes es una de las deportistas más ricas del planeta. Y es que Danica ingresa por todos los conceptos. Sus rivales creían que se iba a decantar por el lucrativo negocio de la teta y, no contenta con él, se puso también a darle al de las carretas.

El resultado es que nadie como ella ha conseguido tantos patrocinadores y que su victoria en Japón ha tenido un seguimiento espectacular en su país. Ella tiene eso que se llama tirón popular y lo sabe. Y rompe algunos moldes a la vez que genera algunas paradojas sobre la belleza y la conducción.

(*) Dicho sea con el mayor de los respetos y a unos 264 kilómetros por hora.