Leer con poca luz: ¿Daña la vista?

Un reciente articulo publicado en el British Medical Journal se dedica a desmentir algunos de los mitos medicos más conocidos. Entre ellos, podemos encontrar una situacion que con toda seguridad hemos sufrido los adictos a la lectura: La advertencia de que leer con poca luz nos va a dañar la vista.

¿Quién no ha sufrido la amarga advertencia de una madre preocupada diciendo "Pero hijo, ¿como puedes ver con esa luz? ¡Te vas a dejar los ojos!"? Y la conversación inevitable argumentando que puedes ver perfectamente, y que acabas perdiendo en todas las ocasiones.

Según afirman Vreeman y Carroll basandose en una revisión bibliográfica en un artículo del último numero del British Medical Journal (BMJ), la lectura con poca luz no supone un riesgo a largo plazo para la visión. Si bien es cierto, que la lectura en estas condiciones si supone un daño temporal caracterizado por el picor, enrojecimiento y problemas para enfocar, éste desaparece al poco tiempo sin dejar secuelas.

En contra de esta afirmación, se presentan ciertos estudios epidemiológicos que se basan en el hecho de que en la antigüedad la tasa de miopía era bastante superior a la actual, careciendo entonces de luz eléctrica. Cuando se habla de poca luz, no se refiere a la lectura casi a oscuras, sino con un nivel de luz por debajo de lo ideal. El problema, según los autores, podría deberse a que en las condiciones de aquella época, la luz, de las velas fundamentalmente, producía unas condiciones lumínicas peores que las actuales.

Aunque existen ciertos mitos médicos fáciles de desmentir, a pesar de las afirmaciones de los autores del articulo del BMJ, parece que el hecho de que la lectura en condiciones no optimas de luz dañe la vista no es algo que pueda responderse con un "sí" o un "no". Si la situación lumínica es muy pobre y se toma como costumbre, es posible que a largo plazo te pueda traer alguna consecuencia. Sin embargo, de manera poco habitual y con algo de luz tan solo te traerá consecuencias temporales. Pero al fin y al cabo ¿que nos cuesta encender una lamparita y evitarnos molestias aunque sean temporales? Si las madres, en el fondo, siempre tienen razón.