'Fuga en la modelo': el 'Bajarse al moro' del cómic underground español

La Cúpula reedita en formato de lujo una de las obras capitales del underground español. Realizada por Gallardo y Mediavilla, es un estupendo fresco de lo que era la España de los años ochenta, la España más quinqui, barriobajera y macarra. Con esta recuperación, quizás vuelvan a ponerse de moda palabras como 'choni', 'grifa' o 'apalancar'.

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La Cúpula ha hecho un verdadero esfuerzo editorial para publicar esta obra como se merece. Edición en cartoné, rediseño de portada, muy buen papel interior y un sentido prólogo de Jordi Costa que sirve para situar al lector en el contexto donde se desarrolla la historia.

Citando al propio Costa, "'Fuga en la modelo' fue un fenómeno social y era la lectura de cabecera de la hacinada cárcel barcelonesa en los años 80, donde la mayoría de presos cumplía condena por delitos relacionados con el tráfico de drogas".

Lo cierto es que la recopilación de esta historia, que previamente se había publicado por entregas en las páginas de la revista El Víbora, vendió la friolera de más de 20.000 ejemplares en su momento, trascendiendo los límites de la marginalidad donde se suponía que se debía mover. Pero los tebeos en aquella época eran otra cosa.

'Fuga en la modelo' funciona como si se tratara de dos historias completamente distintas. En la primera nos encontramos a Emo, Cuco y el Niñato en un delirante viaje tratando de introducir cuatro kilos de hachís en España desde Marruecos. Seremos testigos de sus aventuras desde el continente africano hasta Madrid, pasando por Málaga y Granada hasta el trágico desenlace.

La segunda parte es la mencionada fuga del penal, donde por fin aparece Makoki y cuando las cosas se vuelven aún más bizarras.

Este tebeo es en su filosofía de carácter humorístico, con un planteamiento aventurero y que, probablemente sin que sus autores lo quisieran, se convirtió en un documento de denuncia social.

Hoy servirá a algunos para recordar cómo era aquella época, y a muchos otros para descubrirla. Pero lo más importantes es que ha aguantado bien el paso del tiempo.