Y el nuevo bluff de H&M es...

La inauguración de un nuevo H&M en la Gran Vía madrileña nos ha servido de excusa para hacer ‘trabajo de campo’ y ver con más detenimiento sus últimas colecciones para este otoño. Entre ellas, hay líneas muy exclusivas como Trend Lady o Divided Exclusive, que incorporan un poco más de diseño, de tendencia y piezas originales. Todo muy bien en este aspecto hasta que llegamos a la zona masculina, auténtica área de desolación o risión, según como nos tomemos lo bonitas que son sus novedosísimas líneas.

¿El joven soldado del zar o un modelito de H&M?

Sí, y es que en este recién estrenado H&M podemos disfrutar también de la colección Trend Man, donde se supone que se innova un poco en el diseño y se atreven con estilismos más arriesgados de lo habitual... con regulares resultados. Las imágenes de campaña no parecen tan terribles como son en realidad, y más cuando ves las prendas sobre los incautos compradores que se las prueban. Promete mucho, pero la verdad es que la línea ‘mega-moderna’ para hombre de H&M es un bluff en toda regla. Veamos algunos de estos antimust paso a paso.

Una de las piezas más probadas era esta chaqueta militar de doble botonadura , que luce estupendamente en el modelo pero que en persona se ve como algo totalmente fuera de lugar. Para empezar, su color azul marino la convierte en la típica prenda que no combina con casi nada, por no hablar de los clásicos acabados ‘calidad H&M’ que le dan un aspecto bastante pobre. El estilo militar parece que sólo le queda bien a gente como Chris Martin porque el que tenemos aquí en cuestión parece un disfraz una vez puesto. Por último, su forma es demasiado cuadrada, el bajo es muy corto y esa doble botonadura sienta muy rara a quien la lleva.

Esta curiosa americana con estampado de tweed parece una original vuelta de tuerca al blazer masculino. Pues bien, de nuevo se aprecia un tacto y unas calidades que dejan mucho que desear, por no hablar de que también es muy corta, lo que hace que favorezca escasamente a cualquier hombre con formas de no-modelo. Mención especial merece el abrigo de pseudo astracán, que al tacto parece de todo menos de este material. Por supuesto que es sintético, pero se parece a la piel original como un huevo a una castaña. La pregunta es: ¿por qué es feo?

Aunque el verdadero antimust de esta colección es el conjunto zíngaro, que exhiben como prenda estrella en un maniquí. La camisa con bordados rojos, cuello mao y extraños frunces no hay por donde cogerla, pero la combinación con los pantalones militares brillantes ya es total. ¿Qué buscaban con este look? ¿A quién querían vestir, a un miembro de Gogol Bordello? Desde luego que esta incursión en el ‘diseño’ de los creativos de H&M ha quedado en agua de borrajas, demasiado pretenciosa para una tienda low cost para todos los públicos, con un estilo supuestamente ‘moderno’ que no cubre las expectativas de aquellos que buscan la verdadera originalidad. Por no decir que está bastante alejado de la realidad: ¿qué hombre se va a poner un jersey de leopardo que pulula por estas estanterías y a un precio relativamente elevado? 
Y ya que estamos hablando de bluffs, H&M tiene unos cuantos destacables cada temporada. Al fin y al cabo, una compañía que produce al año tanta cantidad de ropa no podría hacerlo todo bien, ¿no?

Las colaboraciones con Madonna fueron una buena muestra de ello. Aquella primera colección basada principalmente en chándals prometía ya todo un despliegue de macarrismo. Al fin y al cabo ella es la reina de combinar esta deportiva prenda con tacón, arreglá pero informal. Su segunda colección era más elegante pero su elevado precio seguía sin justificar la presencia de prendas de lo más normalito que tampoco destacaban por nada especial. A pesar de la expectación levantada los primeros días, semanas después se seguía viendo languidecer a piezas tan codiciadas como el turbante. También prometía la línea de Matthew Williamson, que terminó por desinflarse con las típicas pegas que se le ponen a esta cadena sueca: que si se nota mucho la ‘calidad H&M’, que si no resultaba muy favorecedora, que si parecía un poco ropa de señora con tanto floripondio... La de hombre, por su parte, pecaba de irreal con tanto estampado imposible y colores demasiado fuertes. Si estaba orientada a un público joven, éste no podía acceder a ella al ser más cara; si por el contrario era para hombres de más edad... ¿en serio se iban a poner esa camiseta como de lycra con unas bermudas verde agua? Complicado...

En España no tenemos ninguna tienda de Cos, Collection of Style, una marca de la casa H&M algo más cara que apuesta por un diseño cuidado y una exclusiva selección de puntos de venta. Sólo Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Holanda y Reino Unido tienen sucursales. Apuestan por el minimalismo típicamente nórdico, la pureza de líneas y la escasez de color. Podría ser una suerte de Filippa K más barata, pero una vez frente al perchero nos volvemos a topar con la cruda realidad: ¡la calidad H&M! Y por un precio que duplica o triplica a la firma original.