La España soulera

Quién lo iba a decir. En la España llena de problemas de los 60 también triunfó el soul. Es cierto que en ese momento el último reducto moral de occidente se estaba abriendo al exterior, aunque fuera una apertura falsa y maquillada, de cara a limpiar nuestra imagen y quedarnos con las divisas de los turistas que venían a disfrutar del sol español. Esta invasión de extranjeros así como la cultura que se escapaba de las bases americanas instaladas en nuestro país, ayudó a que se creara una escena soul española bastante curiosa.

El mentado recopilatorio de soul.

Belter, el sello especializado en copla y flamenco, distribuía compañías negras como Atlantic y Moviplay, junto a las canciones de La Pandilla y algún cantautor revolucionario, se encargaba de filtrar material de Stax. Algunos artistas eligieron el circuito de salas de fiestas y boites de la costa para hacer galas e incluso Carl Douglas llegó a grabar un disco en directo en una de ellas. En 1970, Aretha Franklin se paseaba por Benidorm como invitada estelar al Festival de la Canción celebrado en dicha localidad y eran varios los programas de televisión que tenían instrumentales souleros como sintonía de entrada para demostrar que estaban en la onda.

Rápidamente los músicos españoles más de vanguardia supieron captar la esencia de lo que se cocía fuera. No hay más que oír la introducción de 'Bring a little lovin’' de los Bravos o su conocido 'Black is black' para descubrir muchos matices soul, por no hablar del pelotazo que supuso 'Get on your knees' de Los Canarios o la sensibilidad de 'Oh lord, why lord' de los Pop Tops. Músicos especializados en jazz u orquestas se adaptaron a los nuevos tiempos, así era posible ver a Alfonso Santisteban con su nueva banda grabando temas negroides con ayuda de su esposa Marisa Medina en las letras, y de los que Vampisoul ha reeditado al completo su lp 'Sabor a fresa'.

Para muchos, esto no fue más que una moda pasajera a la que había que subirse como fuera y que no duraría mucho. Como explica la periodista Patricia Godes en la recomendable 'Guía esencial del soul' editada en 1994: "Descubrieron la música progresiva, también llamada underground, y la abrazaron con fervor. Rafael Revert, director durante décadas de 40 principales, dio la puntada con un número extra de 'El Gran Musical' dedicado a la música progresiva cuando la definió como 'algo que no tenga que ver con Aretha Franklin'… Nada más anti soul que el jipi y el progre español… El presentador Jesús Hermida llegó a romper ante las cámaras el disco 'Ball of confusion' de los Temptations"

Esa moda de hacer soul en España se puede ver ahora en el segundo volumen del recopilatorio 'Sensacional soul' que se acaba de editar dentro de la labor de rescate arqueológico que realiza el sello Vampisoul. En formato de doble cd o doble vinilo en tirada limitada de mil copias, descubrimos el lado negroide de rockeros como Los Gatos Negros y Alex y los Findes, temas desconocidos de Los Bravos (su cantante Mike Kennedy siempre fue fan del soul y en cualquier entrevista de la época se podía leer que sus referentes eran Joe Tex y Sam Cooke) o Lone Star y curiosos trabajos de grupos que luego tirarían por lo progresivo y experimental como Conexión y Evolution.

Los poperos Pekenikes intentaron subirse al carro con el tema que se incluye en este recopilatorio, 'Polución'. Incluso flamencos ye-ye como Los Albas o el Dúo Dinámico en su etapa londinense de 1970 de pelo largo, patillas y camisas floreadas donde, lejos de sus jerseys rojos, prefirieron ser conocidos como Manolo y Ramón y que presentan un tema, 'Lágrimas, sonrisas' que va a medio camino entre descarte de las canciones de Judas en la banda sonora de Jesucristo Superstar y las orquestaciones del Maestro Ibarbia en Gente Joven, llegaron a jugar con los ritmos negroides o lo que ellos entendían como tal. Se les veía bastante perdidos, la verdad, aunque en las grabaciones colaborase Jimmy Page como músico de estudio. La puntilla la ponen Las 4 Monedas y su versión castellanizada del 'Get on your knees' de los Canarios, curiosa pero a medio camino entre una coral parroquial y un grupo de coros y danzas.

Es cierto que algunas de las canciones, sobre todo las de artistas y grupos que se ve descaradamente que se han apuntado a esto por el ansia de pillar modernidad, suenan mucho a orquestación de festival, pero es que hay que reconocer que en ese momento las orquestas que había —así como sus directores, los conocidos Rafael Ibarbia o Augusto Algueró— eran muy buenas y estaban llenas de excelentes músicos. No hay que olvidar al espídico batería Pepe Sánchez, todo un prodigio de percusión que llegó a formar parte de la orquesta de Santiesteban y del que todos recordamos sus movimientos locos de cabeza al frente de la percusión del programa 'Gente joven' de TVE.

En aquella época se daba mucha importancia a los arreglos de metal y percusión por lo que cualquier cosa que sonara rápida y popera (lo que se podía conocer como canción ligera) podía tener aires soul, al meter arreglos de viento a todo trapo. Aunque hay bastante confusión en esta etapa de la música española y muchos de los artistas no parecen tenerlo muy claro mezclando lo ye-ye con el soul y el pop discotequero, esta colección es una delicatessen para descubrir otra forma de hacer música en nuestro país e intentar abrirse a los nuevos mercados y estilos que nos venían de fuera con cuenta gotas y mucho racionamiento. Muchas ganas de hacer cosas nuevas, mucha inocencia en los trabajos y, en algunos casos, grandes ideas.