Cómics unidos por extraños e intensos sentimientos

Las dos novedades más interesantes editadas por La Cúpula en Agosto están realizadas por autores muy diferentes y tratan temas muy distintos, pero ambas tocan tangencialmente los sentimientos más fuertes que la razón, y una especie de destino que guía a los protagonistas. Hablamos de 'El hijo del ogro' y de 'El horror de Colliers County'.

Da miedete desde la portada.

'El hijo del ogro' es obra de Grégrory Mardon, un autor francés habituado a realizar obras de carácter intimista que se atreve aquí con una historia ambientada en una época medieval. Todo comienza con Benoit, un niño que crece obsesionado por dos cosas, el no haber conocido a su padre y la fascinación que ejerce en él el verdugo del reino, un ser misterioso que cumple todos los caprichos del rey.

La vida del joven Benoit cambiará bruscamente debido a una serie de acontecimientos que él mismo causará, y que provocará una mutación en su personalidad que hará que llegue a cotas insospechadas de éxitos. Pero el destino es cruel y se tiene reservado un as en la manga contra el que Benoit no puede, y quizás no quiera combatir.

Mardon traza una emotiva historia, llena de rabia y de pasión, en la que le da un papel predominante al destino —Benoit no puede escapar de él, haga lo que haga— pero también trata los sentimientos que éste desarrolla a lo largo de su vida de una manera muy interesante. Todo esto dentro del ambiente medieval, y dejando un regusto muy amargo al final de la última página.

'El horror de Collier County' es la primera monografía publicada en España de Rich Tommaso, a pesar de que en EEUU tenga ya unos cuantos títulos publicados.

Autor de carácter independiente, en este cómic nos presenta una historia de horror con un ambiente asfixiante pero en un lugar en el que no cabría esperarse este tipo de situaciones. Tomasso juega precisamente con esto para sugerir más que mostrar, creando dudas sobre la protagonista.

Todo comienza cuando la joven Fran y su hija deciden pasar unas vacaciones junto a su madre en un típico pueblo para jubilados americano. En un principio todo parece perfecto pero pronto se darán cuenta de que no encajan, y de que los vecinos no tratan bien a los que no son como ellos. Sólo parece haber un joven, Mel, que la entienda.

El estilo de Tomasso fluctúa entre los clásicos indies y el cartoon lo que le da a esta historia un toque más siniestro si cabe.

Al final, nada es lo que parece. O sí.