Por qué el papel se impone a internet en fotografía

Son muy pocos los fotógrafos que trabajan con asiduidad con equipos que no sean digitales, pero el papel sigue siendo imbatible a la hora de mostrar en toda su magnitud una foto y ¡no hay nada tan analógico como una hoja de papel! El periodismo, gran vehículo de difusión de la fotografía en el siglo XX, sigue sin encontrar una buena fórmula para que la imagen alcance en internet el protagonismo que logró en el papel.

Neester (Flickr)

Ansel Adams, el gran empirista de la luz, estableció con nitidez las fases del proceso fotográfico en su famosa trilogía de libros técnicos: 'La cámara', 'El negativo', y 'La copia'. Una lectura clave para entender lo que sucede desde que elegimos un sujeto para fotografiarlo hasta que obtenemos la imagen final.

En estos libros Adams realiza varias aportaciones a la técnica fotográfica, como el sistema de zonas. Un método difícil de resumir cuyo fin es lograr fotos con la mayor cantidad de matices que sea posible, obtener un fiel reflejo del momento que inmortalizamos. Hoy son los ingenieros los que intentan que los soportes digitales sea capaces de imitar los logros alcanzados sobre el papel fotoquímico.

El papel, insuperable

El objetivo se ha logrado con un éxito total en las dos primeras fases del proceso -la toma y el procesamiento de la foto-. El gran problema es plasmar fotografías en soportes digitales. Sí, claro, existen los monitores, los televisores, los marcos digitales... pero todas estas pantallas emiten luz y no logran la calidad del viejo papel.

Teniendo en cuenta que incluso las técnicas de impresión digital siguen siendo insuficientes para algunos fotógrafos -acostumbrados a la gran calidad que proporcionan ciertos papeles baritados- la gran pregunta es: ¿Hasta cuando la fotografía seguirá dependiendo de esta fibra vegetal?

La lucha por lograr imágenes tan precisas como sea posible es tan antigua como la propia historia de la fotografía. Con la técnica digital se ha logrado capturar y transformar imágenes con una precisión que algunos consideraban imposible hace no mucho, pero lograr que las fotos sean plasmadas con fidelidad en un soporte digital es una historia muy distinta.

El cauce esencial para la difusión de la fotografía en el siglo XX fueron las publicaciones periodísticas. Hoy, los medios debaten como trasladar el mensaje periodístico del papel a la red y lograr un lenguaje claro para la información digital. Pero pocos reparan en el reto que para el fotoperiodismo supone la digitalización. La foto sigue siendo un mero apoyo del hipertexto.

¿Fotos de verdad en un Kindle?

Hace pocos días Amazon presentaba un nuevo Kindle especialmente preparado para la lectura de publicaciones digitales. El editor del New York Times, Arthur Sulzberger, estaba ahí para corroborarlo. Muchos fueron los que aplaudieron las extraordinarias capacidades técnicas del aparato para la lectura de periódicos, pero casi nadie dijo que ese trasto es sencillamente un desastre para las fotos.

ampliar foto

Así se vería aproximadamente una foto de soitu.es en el Kindle DX con 16 tonos de gris

A nivel gráfico el último Kindle supone un retroceso de varias décadas a la hora de mostrar imágenes. Su tinta electrónica es capaz de 'imprimir' el texto con una calidad similar a la del papel del periódico, pero sólo puede mostrar imágenes con 16 tonos de gris. Con algo así es imposible que una revista gráfica como National Geographic pueda ser comercializada en formato digital.

El ojo humano es capaz de diferenciar unos 16 millones de colores, un millón de veces más de los que el Kindle puede reproducir. ¿Cómo salvar esa brecha? La empresa E Ink, que desarrolla las pantallas de muchos libros electrónicos, ha logrado propotipos que muestran fotos en color con cierta calidad. Sin embargo, no parece posible que algo así pueda comercializarse con éxito ni a corto ni a medio plazo.

Los medios digitales investigan

Mientras tanto los medios digitales investigan hoy la forma de llevar a buen puerto el lenguaje del fotoperiodismo en las agitadas aguas de la red. Los responsables de The Big Picture del Boston Globe, In Motion de Magnum, Lens o del New York Times se han esforzado -sobre todo en el primer caso- para que la experiencia de ver una foto en internet sea comparable a lo que supone verla en papel.

El gran tamaño, la calidad técnica de las fotos, y lo acertado de la presentación son las armas con las que estos medios luchan para lograr que sus contenidos visuales lleguen con garantías a ordenadores con tarjetas gráficas, monitores, sistemas operativos, y navegadores que reproducen las imágenes con desigual fortuna.

Ante este panorama no es de extrañar que muchos añoren lo previsible del papel, su capacidad para lograr reproducciones técnicamente idénticas de una misma foto. Pero esto es ver la botella medio vacía. Tal y como están demostrando las redes sociales y publicaciones híbridas como Jpeg Magazine la fotografía se está beneficiando enormemente de la popularización de la tecnología digital y de sus posibilidades de difusión. Sólo falta salvar el determinante escollo de la calidad.

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