ZARAGOZA.- Zaragoza ha cargado demasiado tiempo con el sambenito de ciudad de paso. A medio camino entre Madrid y Barcelona, la capital aragonesa solía despacharse con el tour de rigor, en el que no podía faltar la obligada visita a El Pilar. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y ahora lo que se lleva es la emoción.
Los ingredientes son bien sencillos: un autobús de dos pisos con cubierta de quita y pon (el cierzo en la capital del Ebro es un elemento a tener en cuenta); un auditorio formado por turistas locales y foráneos; y un dúo de actores con talento innato para la comedia. El telón de fondo es el momento más difícil por el que ha pasado la ciudad, la Guerra de la Independencia. Y paradójicamente, como suele ocurrir en la historia, el que más gloria le ha dado.
Muy noble, Muy leal, Muy heroica, Muy Benéfica, Siempre Heroica e Inmortal. Son los títulos que Zaragoza se ganó a pulso tras el asedio de las tropas napoleónicas. Un dramático episodio al que el equipo de Gozarte, la empresa responsable de las visitas teatralizadas, se encarga de llenar de contenido.
La cita comienza en los alrededores de la Plaza del Pilar. Mientras el guía nos sitúa en 1808, la omnipresente estatua de Goya me susurra unas cuantas lecciones de periodismo. No es para menos. Al fin y al cabo, el pintor es considerado como el primer reportero de guerra. Responsable de inaugurar el periodismo gráfico con sus ‘Desastres’, mucho antes de que se inventara la cámara fotográfica.
Por eso no pierdo detalle de la narración. Con la imaginación desbocada, viajo por una ciudad de 55.000 habitantes, salpicada de palacios y conventos. Una ciudad abierta, rodeada de huertas y frágiles murallas, a la que los franceses contaban con ganar en unas pocas horas.
Pero en la guerra como en la vida no hay nada escrito. En medio del asedio, aparece un simpático personaje. Se trata de don Benito Pérez Galdós, autor de ‘Los Episodios Nacionales’. Su presencia no es casual. La ciudad le debe la línea más rotunda que se ha escrito sobre ella, tatuada en los antiguos billetes de mil pesetas. Tras recordar la célebre cita "Y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde", el grupo embarca en el autobús. Comienza el tour y con éste, las sorpresas.
Mientras rodeamos el perímetro del casco urbano, la voz de Carmen París ameniza el trayecto. Es su particular versión de la jota de 'La Dolores', banda sonora del audiovisual 'Defensores', promovido por la Fundación 2008, y en el que aparecen personalidades destacadas de la sociedad aragonesa.
Por un momento olvido que estamos en guerra. Hasta que entra en escena Jorge Juan Guillelmi, capitán general de Aragón en 1808 y blanco de las iras de un pueblo sediento de armas. Aunque el encuentro más esperado tiene lugar en la Plaza del Portillo. Apostada en el monumento, nos espera toda una heroína, Agustina de Aragón. Locuaz y con un inconfundible acento catalán (a pesar de su sobrenombre, Agustina era oriunda de Reus). Un personaje de mil caras que va más allá del costumbrismo local, y al que el mismísimo Lord Byron dedicó un poema.
Estamos ante el momento cumbre del bus emoción, responsable de trasladarnos a Los Sitios de Zaragoza, gracias a la interacción de guía, actores y público.
Así se refería Goya a las mujeres de Zaragoza. Heroínas por vocación o por necesidad, fueron capaces de destruir los muebles de su casa para hacer barricadas, disparar cañones y lanzarse a los caballos del enemigo. Es la propuesta de la visita 'Las mujeres en Los Sitios'. Una excelente oportunidad para conocer el papel de otras heroínas más desconocidas. Como la madre Rafols, una monja que no dudaba en cruzar el campo enemigo en busca de medicinas. O la Condesa de Bureta, creadora del Cuerpo de Amazonas encargado de aprovisionar a los soldados.
Forman parte de un periodo histórico apasionante, al que los años se han encargado de añadir romanticismo. Pero sobre todo, encarnan como nadie el espíritu más legendario de Zaragoza. Una ciudad a la que, como reza el eslogan del bicentenario de Los Sitios, la sigue defendiendo su gente. Aunque sea echándole mucho teatro.
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la verdad es que Los Sitios de Zaragoza es un tema fascinante, lleno de personajes que no se quedan atras. +
Yo he participado en el Bus Emoción y fue fantástico. Estoy deseando volver a Zaragoza para ver la otra visita +
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