Este fin de semana, vente al Cabo a escuchar jazz

Suena en plazas y paseos peatonales toda la semana. Atronó ayer por la noche en Greenmarquet Square. Fluirá durante dos días este fin de semana en el Centro de Convenciones: es el festival de jazz de Ciudad del Cabo, que llega a su décima edición.

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Artistas locales de la talla de Hugh Masekela, Abigail Kubeka, Jonathan Butler o McCoy Mrubata se hace notar estos días, junto a figuras como la vocalista Dianne Reeves, el rey del jazz-funk, Maceo Parker, Dave Liebman (discípulo de John Coltrane) o el percusionista de Miles Davis, Al Foster. Un festival equilibrado, con veinte grupos locales y veinte foráneos, que de los escasos 10.000 espectadores de sus inicios llegó en la pasada edición a 34.000, la mitad de los cuales acuden especialmente a Sudáfrica a disfrutar de música de excelente calidad. Este año, además, se rinde homenaje a Miriam Makeba, mamá Africa, fallecida el pasado mes de noviembre.

El verano por aquí se resiste a finalizar y los urbanitas se han aprestado durante la hora del almuerzo a acudir a terrazas de bares y restaurantes del centro a escuchar artistas locales de jazz, blues o hip-hop (Jitsvinger, Lu Chase, Waddy Tudor Jones...) como un aperitivo al concierto gratuito del miércoles y al gran festival del fin de semana. Y es que si algo hay que veneran por igual los ciudadanos del Cabo es la música en general y el jazz en particular que sienten como propio, no en vano el genial pianista Abdullah Ibrahim o los saxofonistas Basil Coetzee y Robbie Jansen nacieron en sus barrios, así como el goema, un sonido peculiar, fusión de canciones populares de esclavos con música de carnaval importada de Estados Unidos que acabó por evolucionar en el particular Jazz del Cabo (Cape Jazz).

En diez años, el festival, que ha sido calificado entre los cinco mejores del mundo, se ha consolidado no sólo como un destino regular para los amantes del jazz sino también como un lugar de encuentro y colaboración entre músicos, con talleres para jóvenes talentos, productores o periodistas y en el que los estilos se extienden para abrazar elementos de afro-pop, soul, funk, blues o hip-hop. Así, entre los artistas de la presente edición destacan Kyle Eastwood (hijo de Clint Eastwood, actualmente en la ciudad rodando una película), los británicos Incógnito o Shakatak o el premiado músico de hip hop Mos Def. No hay duda de que una de las grandes estrellas de la edición es Hugh Masekela. El legendario trompetista, adorado en su país de nacimiento y cuyo mentor fue nada menos que Duke Ellington, cumplirá 70 años sobre las tablas. El director del festival, Rashid Lombard, destaca la mezcla de artistas del continente junto a europeos y de Estados Unidos, "lo que nos da la extraordinaria oportunidad de compartir e integrarnos en un plano de igualdad, algo que ya es tradición en este evento".

Aún así, la estructura urbana de la población heredada del Apartheid (que condenó a la población no blanca a vivir en barrios alejados del centro) y la falta de clubes especializados —los hay, pero escasos— complica la existencia a aquellos que pretendan disfrutar del Cape Jazz en directo. Para suplir esta carencia, se ha creado una ruta turística operada por Coffeebeans Routes, que lleva a los amantes del jazz a los salones de los músicos que habitan en los guetos. Una ruta que además pretende acercarse a la terrible historia de separación (Apartheid) que desarraigó a las poblaciones negras y coloureds (población mixta) de su historia en la ciudad y que supone un recorrido, visitando las casas del guitarrista Pokie Klaas o de Mac Mackenzie, el rey del goema, por la historia musical del Cabo.