Las alternativas al pañal desechable

La evolución del pañal ha facilitado mucho la vida a padres y madres. Sin embargo, detrás de estas prendas desechables para los bebés se esconde un grave problema de residuos y contaminantes como químicos y blanqueadores.

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Para evitarlo existen otras alternativas al pañal de usar y tirar. El mercado ofrece otros reutilizables de varios tipos y calidades, que también han evolucionado y que resultan mucho más económicos. Sin ir más lejos, el uso de los pañales de algodón supone un ahorro de hasta 1.000 euros en 'dodotis' por niño. Y si se piensa de forma global, optando por ellos eliminamos de las basuras municipales unos 270 kilos de pañales por bebé.

Teniendo en cuenta que un bebé promedio usará en la infancia entre 4.500 y 6.000 pañales, éstos representan entre el 3-4% de las basuras domésticas. Y el porcentaje no es sólo importante en los contenedores, sino también en el presupuesto: una familia gasta en estas prendas unos 1.400 euros durante los dos primeros años de vida de su pequeño, aproximadamente el 21% del gasto que genera un niño entre los 0 y 3 años.

Después de los vidrios y los periódicos, los pañales son el tercer artículo más contaminante: los plásticos tardan unos 500 años en descomponerse y la celulosa se extrae de la madera de los árboles —cada año, 30 millones de árboles son talados en el mundo para la fabricación de pañales desechables—. Y aunque existen marcas que usan plásticos reciclables y papel de la tala controlada de los bosques, en nuestro país los más vendidos no destacan precisamente por su comportamiento ambiental.

Un estudio realizado en el Reino Unido ha analizado el ciclo de vida de los pañales, desde que la materia prima entra en el proceso de producción hasta que el producto es desechado, concluyendo que los pañales que usa un bebé en su vida generan 550 kg de CO₂ si son desechables y 570 si son reutilizables. El estudio demostró que el impacto de éstos últimos depende en gran medida de la forma en la que se lavan, de manera que puede ser mayor que el de los desechables. Pero la mayor parte de la población británica usa la secadora, lo que aumenta mucho el consumo de energía y por tanto la emisión de CO₂.

En países como Reino Unido o EEUU el uso de los pañales reutilizables está muy extendido. Por ejemplo, en Inglaterra la asociación WEN ('Woman’s Environmental Network') organiza la Semana del Pañal para concienciar a las familias inglesas, hospitales, guarderías y otros usuarios, de los beneficios asociados a los pañales lavables.

Los pañales reutilizables se componen de dos partes: una que se tira en cada deposición y la otra que se lava.

Dentro de nuestras fronteras, en cambio, no se ven muchas iniciativas como ésta, aunque sabemos que, entre otras, el Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) implantó en 2007 un proyecto piloto en escuelas infantiles municipales para sustituir pañales desechables por reutilizables, iniciativa que les ha valido el XIV Premio de Medio Ambiente de la Generalitat.

También existen gamas de pañales desechables ecológicos o 'ecopañales' que se fabrican con materiales naturales y biodegradables. Se supone que éstos dejan respirar la piel del bebé y no contienen aditivos químicos, ayudando así a prevenir enfermedades de la piel. Algunas marcas incluso aseguran que en su fabricación se usa como mínimo un 20% de energías renovables (hidráulica y eólica).

Aunque todos los pañales implican un impacto ambiental, se puede ayudar a no dañar más de lo necesario eligiendo pañales lavables y utilizando la lavadora de la forma más eficiente posible (a temperaturas no mayores de 60 ºC, sin suavizante, evitando secadora, plancha...). Según los datos de la asociación WEN, estos pequeños cambios suponen una gran ayuda.

* Amanda del Río es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature

(Las conclusiones y puntos de vista reflejados en este artículo son responsabilidad únicamente de su autor y no representan, comprometen, ni obligan a las instituciones a las que pertenece).