Penélope ya duerme con Óscar

Dicen que la vida de uno pasa, nunca mejor dicho, como una película por tu mente, no solamente cuando te vas a morir sino también en el momento en el que estás a punto de alcanzar el máximo objetivo de tu existencia. En ese instante, cuando sabes que lo has conseguido, a alta velocidad se suceden una serie de imágenes. En el caso de Penélope, la película de su vida es en realidad, un retahíla de filmes verdaderos, aquellos que le han hecho ser la actriz que es hoy y que han alcanzado su punto culminante, el cara a cara con el Óscar, la satisfacción de la posesión, 'tú eres mío y te pongo en mi repisa cuando quiero', con una película menor, una que pasó sin pena ni gloria de la mano de Woody Allen... 'Vicky Cristina Barcelona'.

G. Hershorn (REUTERS)

Del "Pedroooooooooooo" al "Gracias a Woody... y a Pedro"...

"Gracias a Woody Allen, a Pedro Almodóvar, a Fernando Trueba y a Bigas Luna". Penélope se ha acordado de todos sus ex... sus ex directores... en un discurso un tanto anodino, parecía un premio más, con poco atisbo de entusiasmo, quizá marcado por el nerviosismo. Y, por supuesto, no se olvidó de los españoles y de los actores patrios. Eso sí, mucho más comedido que su 'amigo' Bardem el pasado año.

Han sido sólo unos segundos los que han pasado desde que Tilda Swinton pronunciara su nombre y hasta que la actriz de Alcobendas subió al escenario. Es el Óscar que no ha ganado la Kate Winslet que se lo arrebató en los Globos de Oro, es de Penélope, la primera actriz española en ser nominada a los premios de la Academia de Hollywood y la primera en conseguirlo. Ha sido el final de un maratón que se inició gracias a Bigas Luna con 'Jamón, Jamón' y una Penélope gritando en clave arrabalera a un Bardem en moto y con aliento a ajo y que ha culminado en un filme supuestamente de trazo fino, también junto al actor, interpretando a una artista, pero, a fin de cuentas, igual de arrabalera. No es que Pe sea en sí misma una barriobajera, es que ese papel se le da muy bien, pese a que luego, en las alfombras y ante los papparazzi, luce una elegancia sobria. Y ante las cámaras de televisión que han difundido la gala a medio mundo no ha sido muy diferente. Penélope, con sus altos y sus bajos, es una gran actriz.

Se puede decir que quien fuera musa de Almodóvar tiene ya callo en Hollywood, sabe como manejarse con la prensa y pese a haber trabajado en producciones de escasa calidad cinematográfica ha sabido ganarse el calor del público norteamericano, mucho más que del español, y, poco a poco, el favor de la crítica, hasta el punto de que puede que las ofertas que reciba en el cine estadounidense vayan incrementado su grado de calidad a priori.

La reacción de Almodóvar al premio de Penélope no se ha hecho esperar: "Es el triunfo del talento, la ambición, la tenacidad, y unas dotes extraordinarias para la comedia. Y del valor de una actriz que se lanza de cabeza y sin paracaidas, con papeles muy arriesgados, a veces sin contar con apoyaturas dramáticas suficientes, como es el caso de la película de Allen, que ella suple con gracia, corazón y carisma. He llorado de alegría cuando he escuchado su nombre". Efecto recíproco de amor mutuo entre actriz y director.

A la segunda cita se lo llevó a la cama

La carrera de Penélope, que cruzó el charco para trabajar en Estados Unidos, tenía un objetivo muy claro y ese objetivo se llamaba Óscar. La estatuilla es el máximo argumento para justificar el éxito interpretativo al otro lado del Atlántico. Quién sabe si por eso Penélope hizo 'Jamón, Jamón'. También debido al mismo motivo, consiguió, gracias a Trueba, su Goya por 'La niña de tus ojos'. Seguro que algo de eso le empujó a aprender inglés, y le animó a viajar a los Ángeles, la razón por la que aceptó papeles en películas de poco caché interpretativo para labrarse un nombre y hacerse una reputación por aquellos lares. Algunos de los hombres que pasaron por su vida le dieron otro pequeño empujoncito. Quizá también por eso volvió a trabajar en España, porque quién la iba a poner más cerca de una estatuilla dorada que el dos veces galardonado Pedro Almodóvar.

Y ese reencuentro hizo que Penélope tuviera su primera cita con el hombre de su vida, don Óscar... Pero la cosa no cuajó y la actriz insistió en 'Volver'. Y la apuesta fue arriesgada, un repudiado en Hollywood como Woody Allen escribiendo, dirigiendo y produciendo una película mediocre, de sus peores, pero que, sin comerlo ni beberlo, ha encumbrado a una ya experimentada Penélope al más alto de los altares, besando por donde pasó su pareja en la vida real y en la vida profesional, Javier Bardem, el año pasado.

Y en la segunda cita, dos años después, ni Óscar ni Penélope permitieron que el flechazo se quedara en un puro coqueteo. En el segundo envite dijeron: "De esta no pasa, de aquí a la cama". Y el Óscar acabó durmiendo con la actriz española y la mujer de pelo negro y ojos azabache hizo historia, trajo a casa la segunda estatuilla dorada para la interpretación española, la primera para una mujer.

La pregunta es... ¿Qué supondrá esto para la actriz española? ¿Será más conocida por el Óscar que por sus ligues? ¿Le concederán a partir de ahora papeles de mayor peso interpretativo? ¿Callará las bocas de sus críticos?

Porque ahora, igual España está dividida... La sombra del antipenelopismo es muy alargada...