Un mayor número de jueces, un reparto de la carga de trabajo más razonable, la supresión del traslado forzoso por ascenso, la revisión de la planta judicial y el control de los señalamientos de los juicios son algunas de las reivindicaciones que han llevado a la huelga a la carrera judicial. El Gobierno asegura que la mayoría de ellas son asumibles y que muchas están ya en trámite parlamentario, pero hay algún punto inoportuno para el Ejecutivo, como la mejora de retribuciones en plena crisis económica.