Una ciudad para enamorarse

PARÍS (FRANCIA).-  La ciudad del amor, de los rincones y puentes. Un cliché muchas veces repetido, pero París cada año se las arregla para ser la ciudad de los enamorados por excelencia. Éste en especial, ya que además de paseos interesantes que podemos organizar en pareja, hay una serie de rutas organizadas para ti y, por primera vez, hasta un festival de cine romántico para dos.

spry (Flickr)

Nuestra propia ruta

Puedes preparar tu propio tour de enamorados, visitando todos aquellos clichés románticos de la ciudad del amor, pero poniéndole a cada uno su toque y tomándote tu tiempo.

Podemos comenzar por los puentes, que unen un costado con el otro de la ciudad y son símbolos del romance. Un icono de los 90 es el Pont Neuf —sobre la Isla de la Cité—, gracias a 'Los amantes del Pont Neuf', donde Juliette Binoche era una joven de clase media que deja su hogar en busca de libertad y se enamora de un vagabundo adicto a las drogas que vive en el puente, una historia de alto romanticismo. Si ya estamos por aquí vale la pena descender a la esquina de la isla y visitar una especie de jardín secreto, el 'Vert-Galant', llamado así ya que se dice que el rey Enrique IV llevaba a sus amantes por ahí.

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Hazte tú también esta foto del beso en el Hotel de Ville.

El Pont Marie está cerca, en la isla vecina Saint Louis, es 'el puente de los enamorados' (se dice que un deseo pedido sobre este puente será cumplido con la condición de no ser jamás revelado). Vale la pena quedarse un rato sobre la isla, que aunque bastante turística, tiene ese aire nostálgico y antiguo necesario para estas fechas.

Para quienes les gusta besuquearse en bancos públicos, hay jardines y parques soñados para enamorados. En el barrio de Le Marais, en el centro de la ciudad, está la Place des Vosges, tranquila y agradable, rodeada de galerías y cafés. Pero para aquellos que quieren pasar más desapercibidos hay más grandes hacia el noreste de la ciudad como el Parque Butte Chaumont o el de La Villette. El más romántico de todos es el jardín del Museo Rodin, con hermosos árboles y réplicas de las obras del maestro, como 'El Beso' (podemos sentarnos cerca y recrear la escena).

Para terminar con los clichés y darle el broche de oro, una buena idea es ir al Hôtel de Ville de París (Ayuntamiento), buscar bien el ángulo, ensayar bien la pose y pedir que nos tomen una fotografía como la de 'El beso del Hôtel de Ville' que tan famoso hizo a Robert Doisneau.

De compras

Si prefieres algo más 'pícaro', puedes ir en busca de sex shops: hay algunos que le dan toques chics y glamourosos a aquellas prendas o sex-toys del día de San Valentín, para eso debemos ir hacia el centro y acercarnos a la tienda 1969, Cabinet de Curiosités Desirables ('1969, Gabinete de curiosidades deseables'), en la que a pesar de que hay que gastar un poco más, podemos encontrar la mejor y más atrevida lencería, juegos, libros, masajes, etcétera. Siguiendo esta línea podemos pasar a leer o comprar a la librería La Musardine, que nos ofrece todos los géneros literarios, guías, comics o libros de arte, en torno al erotismo.

Rincones secretos

Skyline-Photo (Flickr)

Para finalizar el recorrido sensual debemos darnos una vuelta por el barrio de Pigalle, primero podemos dar una visita rápida al Museo del Erotismo y al caminar por las calles encontraremos la mayor cantidad de cabarets de todo tipo, desde los más famosos y con cenas como el Carrousel de Paris, pasando por clubes de striptease, hasta los antros más antros. Cada uno decide.

Un lugar tranquilo para finalizar unos días de amor a la parisina tipo postal es en la Place des Abesses en medio del romántico Montmartre. Dentro de ella, en el feo esqueleto del costado de un edificio, tres artistas decidieron hacer algo, ya que pensaron que los enamorados tenían su día y que ya era tiempo de que tuvieran un punto de encuentro, un espacio en donde el amor se conjuga en todas las lenguas y el resultado fue Le Mur de Je t’aime (El muro de los Te amo), un rectángulo de azulejos azules en que la podemos leer con letras blancas Je t’aime mil veces en 300 idiomas. Todo esto para decir que el amor tanto en París como en otros lugares, es universal.

El broche final: la cena romántica

Para los más modernos, en el sexto piso del Centro Pompidou está Le George, un restaurante con una gran terraza en la que se puede aprovechar una vista desde casi el corazón de la ciudad. Por dentro, también interesante, preserva la estructura singular del museo y despliega una sorprendente escultura-envoltura de aluminio de suaves contornos.

Para los gustos más exóticos, está Le Ziryab, de especialidad magrebí, con tendencia marroquí, sobre el edificio del Instituto del Mundo Árabe. Y también tienes el más alto: Le ciel de Paris a 210 mts de altura sobre la azotea de la Torre de Montparnasse, desde donde realmente se ve todo.

La ruta con 'todo hecho'

Si prefieres ir con todo organizado y no andar pendiente de nada, tienes otra opción: los recorridos oficiales. Porque a pesar de serlo, hay que reconocer que este año hay creatividad. La Oficina de Turismo y del Congreso y el Ayuntamiento de París desarrollan durante febrero Paris Romantique, una operación turística en la que proponen a parejas —ya sea de la ciudad, de Francia o extranjeros— ofertas especiales para hoteles, restaurantes, los botes que cruzan el Sena, o compras y museos.

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Inigo Tome (Flickr)

El Jardín de las Tullerías, ideal para enamorados (de fondo, el Arco del Triunfo).

Pero también organizan el viaje a los enamorados. Hay que entrar en la página parisinfo.com y en ella encontrarás los 'Parcours Romance' (recorridos románticos): aquí se asocian cultura, paseos, gastronomía y hostelería. Hay cuatro posibilidades, la primera se llama 'Un jour à Paris', pero es un poco apretado, ya que se visitan dos museos, se almuerza en la Brasserie Lipp (una institución nacional), se pasea por aquí, por allá, una vuelta en bote, cena y a 'dormir'…. Ufff.

La segunda posibilidad parece más pausada. 'Le temps d’un week-end' (el tiempo de un fin de semana) son dos días y dos noches, en las que se recorren los típicos lugares de un tour, como el Museo del Louvre, el Parque de las Tullerías o la Torre Eiffel, pero en la que también nos llevan a comer a lugares como el Ombre, el restaurante que está en la cubierta del Museo Quai Branly, justo enfrente de la Torre Eiffel. También se puede aprovechar para una cena y espectáculo de 'culto' en el Moulin Rouge, aunque finalmente este lugar tan típico por fuera casi pasa desapercibido.

Hay un tercer plan, de seis días y noches, 'Vacaciones Inolvidables', en el que como los anteriores se visitan unos seis lugares por día, entre museos, puentes, parques, lugares para comer y espectáculos. Todos los circuitos, con hoteles incluidos.

El Festival de Cine Romántico —parte de las actividades oficiales—, tiene lugar desde el 11 al 17 de febrero, en cuatro salas que están fuera de las cadenas, son bonitas y con historia. Le Balzac, Le Nouveau Latina, le Relet Medicis y Studio 28 tendrán en cartelera una selección de 13 películas que van desde grandes clásicos como 'Jules et Jim' o 'Le Dernier Metro' ('El último metro'), ambas de François Truffaut, a comedias más recientes como 'Dos días en París', de July Delpy.