La empresa Nº1 en placas fotovoltaicas anuncia su ERE

Al sector de las energías renovables todavía le cuesta creer una de las últimas regulaciones de empleo (ERE). Esta vez se trata nada menos que de Isofotón, el fabricante Nº1 del país de placas fotovoltaicas. A los pocos días de terminar un año en el que la industria fotovoltaica española marcó récords —con el mayor crecimiento del mundo en energía solar—, Isofotón anuncia un ERE para mandar a casa de forma temporal al 95% de sus empleados (715). ¿Qué ha pasado para que ocurra ésto en pleno auge de la industria solar española?

Isofoton

Sede de Isofotón, Málaga

Esta empresa malagueña con presencia en 60 países es la número uno en producción de paneles fotovoltaicos de España y una de las diez más importantes del mundo. Con una inversión de 54 millones de euros, hace tres años inauguró en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), una de las más modernas fábricas de placas solares, un vanguardista edificio de 28.000 m² con las últimas tecnologías. En suma, una de las compañías con mayor renombre en energías renovables del país, de la que le gustaba presumir al Grupo Bergé (o así ocurría hasta no hace mucho), tras comprar la compañía a la Junta de Andalucía hace diez años.

Si bien hoy no hay empresa que esté a salvo de la crisis, las cifras récords de la industria fotovoltaica nacional durante los últimos años y la aparente buena imagen de Isofotón ha hecho que muchos se quedaran extrañados ante las últimas noticias de la empresa malagueña. Entre ellos, los propios trabajadores y sindicatos, que se muestran muy críticos con el ERE temporal. "Es una pena que una gran empresa como ésta destruya tanto empleo", incide Pepe Iglesias, miembro del sindicato CSI-CSIF, que se queja también de que "ninguno de los directivos esté entre el 95% de la plantilla que va a sufrir las consecuencias de este ERE".

Iglesias se pregunta cómo puede llegar a esta situación una empresa que, además de ser referente en uno de los sectores de las renovables con mayor crecimiento, ha recibido más de 20 millones de subvenciones en los últimos años. "El dinero público que ha inyectado la Junta de Andalucía debe garantizar primero el empleo en la provincia, y aunque no dudo que Isofotón haya invertido ese dinero —en 2007 destinó 18 millones de euros a I+D—, la verdad es que las cuentas no están muy claras. Ha habido una falta de control y fiscalización de las subvenciones públicas por parte de la Junta", lamenta este sindicalista.

La versión dada a soitu por la empresa Isofotón carga las culpas sobre la coyuntura económica y los cambios regulatorios del Gobierno de Zapatero (que es verdad que el sector ha ido advirtiendo de que podría tener graves consecuencias para la industria de los paneles solares). De hecho, algunas voces del sector avisan de que puede haber más empresas en dificultades. "La compañía ha tomado esta decisión ante la situación de paralización temporal del mercado fotovoltaico por el cambio regulatorio en España y por las restricciones de crédito a la financiación de proyectos fotovoltaicos, causadas por la actual crisis financiera internacional", afirma la empresa malagueña.

La compañía que dirige Pedro Enciso, y que en 2007 facturó unos 297 millones de euros, también argumenta que "la dificultad de acceso a la financiación de los clientes para los proyectos fotovoltaicos en España y en los principales mercados internacionales (EEUU, Alemania e Italia), y las expectativas de que esta situación pueda perdurar en el primer cuatrimestre de 2009 hacen necesario plantear la suspensión temporal de los contratos para adecuar la producción a la demanda actual y evitar un fuerte crecimiento de stock no financiable".

El sindicalista Iglesias también incide en esta falta de liquidez del mercado y pide a la Junta de Andalucía que impulse proyectos de placas fotovoltaicas concediendo una línea crediticia directamente a los clientes de Isofotón, sin recurrir a las subvenciones directas hacia la empresa. "Sólo tienen que darle un empujón a un sector en auge tan importante en nuestro país, que sin duda, tiene un futuro prometedor".

En cuanto al ERE temporal, según Isofotón, los planes de la empresa suponen suspender temporalmente la producción aproximadamente durante cuatro semanas y repartir los días restantes a lo largo del 2009 para poder ir adaptando la producción a la demanda. "La compañía considera que la actual situación del mercado fotovoltaico tanto internacional como nacional es coyuntural y financiera, y espera que en el segundo semestre de 2009 el sector recupere su actividad en los principales mercados internacionales. Cabe destacar que en España, una vez que el nuevo Real Decreto empiece a funcionar a pleno rendimiento, se contempla una capacidad de 500 MW de nueva potencia instalada para este año", asegura.

A pesar de su posición actual, la historia de Isofotón está llena de altibajos y de dificultades para hacer avanzar una tecnología de la que muy pocos creían hace unos pocos años. Esta empresa española, que hoy cuenta con filiales en Estados Unidos, Italia, Latinoamérica, China, Marruecos y Senegal, nació hace 28 años en Málaga. Su fundador fue Antonio Luque, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid que desarrolló una patente para producir células solares fotovoltáicas bifaciales. Cuando Luque decidió crear la empresa, se fue a Málaga donde convenció, con la ayuda de su hermano, a un pequeño grupo de empresarios locales para que aportaran una pequeña parte del capital.

Los comienzos fueron muy difíciles, los costes del silicio eran altos y la demanda de placas solares no era suficiente. En 1987, las pérdidas de la empresa obligaron a Luque a vender sus acciones. La Junta de Andalucía subvencionaba la empresa para que sobreviviera, hasta que hace diez años, fue adquirida por el Grupo Bergé. En 2007, la compañía recibió una ampliación de capital de 150 millones de euros de la Corporación Financiera Alba (Grupo March), que se hizo con el 26% de la empresa. Pero un año después, de forma inesperada, Alba dio marcha atrás y vendió su participación por el mismo capital al ver que Isofotón no tenía intenciones de salir a cotizar en bolsa.