Entra en el mundo de Pablo Neruda

VALPARAÍSO (CHILE).-  Valparaíso, Isla Negra, Santiago de Chile… el triángulo perfecto para el famoso Nobel chileno Pablo Neruda. Y es que éstos fueron los lugares elegidos por el poeta para habitar y 'echar raíces' —como decimos en Chile—, con sus mujeres, sus perpetuas historias de amor y de creación literaria (y de política).

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scorbette37 (Flickr)

La Sebastiana, en Valparaíso.

En la llamada 'Joya del Pacífico' (Valparaíso), Neruda quiso contemplar la bahía desde su hogar en todo su esplendor, para este fin eligió una singular vivienda en lo alto del cerro Bellavista, en el cruce de Ferrari con la Avenida Alemania. Le llamó 'La Sebastiana', y hoy es una casa museo de incansable magia, por el atractivo de su entorno y de las curiosas colecciones de objetos exóticos que el también diplomático de izquierdas fue recogiendo por el mundo.

Todo esto sin mencionar la singular arquitectura que nos sumerge en un híbrido entre una embarcación y un mirador con rostro de hogar acogedor y sorprendente (desde el cuarto de baño tienes vista al mar… y por cierto, no hay puerta alguna), pensada para el frecuente visitante y amigo.

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Francisco Antunes (Flickr)

'La Chascona', en Santiago.

En Santiago, en el barrio Bellavista (nótese el alcance de nombre), nos toparemos con otra de las moradas del poeta. Se trata de 'La Chascona', un poco mas íntima, aunque no menos curiosa (aquí hay que contar que 'chascona' quiere decir 'despeinada', y que éste era el apodo con que el poeta llamaba al amor de su vida, Matilde Urrutia, con quien vivió en esta casa). Clavada a los pies del Cerro San Cristóbal, esta casa nos acoge con bellos jardines y obras plásticas de singular belleza, acorde a la estética nerudiana. Dividida en tres, con un patio central, guarda rincones insospechados y silenciosos a metros del corazón de la metrópolis.

Siguiendo las huellas de Pablo, un paso obligado, y sin duda alguna, el más sorprendente, nos conducirá al 'litoral central', esto es, la costa ubicada entre Santiago y Valparaíso…

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chilenauta (Flickr)

La casa más mítica y más visitada, la de Isla Negra.

La casa de Isla Negra, la más mítica por la magia que inunda a todo el pueblo, su belleza es prácticamente indescriptible. La más grande de las tres, diseñada por el poeta y habitada con lujo de detalle, tiene un lugar para todo: para sus innumerables botellas de todos los colores y formas, para las antigüedades de Birmania, para los amigos un bar (con dedicatoria a Lorca incluida), para el caballo blanco sacado de una botillería rememorando sueños eternos de infancia, para aquel tablón flotante que el océano Pacífico le regaló un día hasta transformarlo en escritorio de tinta verde y papel... ¡para una locomotora!; y por cierto, para los restos del poeta y su amada Matilde en un jardín que solo termina en la caída hacia la playa que abraza el océano.

Visiones inolvidables, versos apasionados, y una historia intensa que nos inunda al encontrar estos lugares, además de la emoción de estar cerca de él, de ser uno más de sus amigos y huéspedes.

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D. B.

La placa de los españoles del Winnipeg, el barco que llevó a los perdedores de la Guerra Civil en 1939 a Chile.

Por otro lado, su faceta política no queda sumergida en ningún momento, sus fotos junto a Salvador Allende, sus aventuras como precandidato a la presidencia, su dolor (el más fuerte, y el último) ante el golpe de Estado, nos completan al hombre en todas sus facetas.

No son pocos los que saben de la fuerte relación entre Neruda y España, su gran amistad con Federico García Lorca, sus versos desgarrados de 'Con España en el corazón' y su ayuda a las víctimas de la Guerra Civil quedan también como testimonio de su incansable humanidad y de cómo fue un actor protagonista de su tiempo. Así nos lo muestra una pequeña placa entregada por aquellos españoles (ahora chilenos también) que le recuerdan con cariño y conmovedora lealtad.

De interés

• Web de la Fundación Pablo Neruda, con información sobre cada una de sus casas
• Pablo Neruda habla sobre el Winnipeg
• A las tres casas se puede acceder fácilmente en transporte público, ya que su ubicación es privilegiada en cada una de las poblaciones, y su entrada (con visita guiada) cuesta unos 4 euros.
• Para evitar colas, la entrada se puede reservar por teléfono: La Chascona 277 78 741; Isla Negra 35 461 284; y La Sebastiana 32 225 66 06. Para estudiantes, un euro y medio.