Tu propio libro del sexo

No hay pasión que cien años dure, y esta realidad no siempre es bien asumida. Hace poco vimos en consulta a una pareja joven preocupada porque su vida sexual ya no era como antes. Se casaron muy enamorados, en la plenitud de sus ardores sexuales. El tiempo ha ido pasando, ya llevan dos años de convivencia y su vida sexual, según ellos, ya no es lo que era.

M. A. Martín

Esta preocupación ya la hemos oído otras veces, pero sus protagonistas no son conscientes de una obviedad: de que el proceso vital es dinámico y no estático; de que nuestra vida es una montaña rusa con subidas y bajadas; y hay que saber adaptarse a cada etapa. En cuanto a la pasión sexual, es normal que la intensidad de las sensaciones se vaya estabilizando. El impacto de un estímulo va disminuyendo con la exposición repetida. Así lo estudiábamos en Psicología y así se puede constatar. Recordad si no los primeros besos, las primeras caricias, el tacto, los olores, los sonidos. Con el tiempo nos vamos habituando y la respuesta ya no es la misma. El fenómeno de la habituación lo explica, no respondemos igual a un estímulo conocido que a uno nuevo, conforme nos vamos habituando, el impacto es menor.

La evolución de la intensidad de la pasión es inevitable, aunque hay muchas variables que pueden ayudar a vivirla mejor, y una de ellas es comprender lo que ocurre y no achacarlo a falta de interés. Otra es aprender a deleitarnos con nuevas sensaciones, quizá la intensidad, el deseo apremiante, ha disminuido, pero puede abrirse paso la ternura, el cariño, la complicidad, todos aquellos sentimientos que necesitan del tiempo para dar sus frutos. Lo que se pierde por un lado se gana por otro, y podemos aprender a descubrirlo si no estamos ofuscados añorando la pasión perdida.

Las parejas inteligentes, intuitivamente, redescubren la pasión introduciendo variantes que aportan diversidad. Por otro lado el cariño, la intimidad, van abriendo nuevas vías al deseo. Así, poco a poco, se van explorando los diversos capítulos del sexo.

Cada uno tenemos nuestro propio libro del sexo, que vamos descubriendo solos y/o en pareja. Algunos no pasan del capítulo de la pasión fogosa, creen que no hay nada más y se pierden todo un mundo de emociones y sensaciones. Estas personas suelen romper las relaciones en cuanto se acaba la pasión. Persiguen la emoción de lo novedoso hasta que se dan cuenta de que la búsqueda de la novedad también se convierte en rutina.

¿Estas pasando por una época de pasión sexual? ¿Echas de menos los ardientes momentos de pasión? ¿Qué capítulo de tu libro sexual estás viviendo?