Éramos transparentes

Y lo somos aún, vaya que sí. Además de parafrasear a Fangoria de una manera bastante gratuita, este título nos sirve para presentar una tendencia que durante la época festiva terminará de tomar relevancia. Nos referimos a las transparencias, presentes en todos los desfiles de este otoño-invierno, pero que en estos días de cenas y eventos varios empiezan a tener sentido. ¿Sólo en momentos de fiesta? Tal y como vamos a ver a continuación, hay muchas buenas ocasiones para enseñar discretamente nuestra ropa interior, aunque también es interesante saber cómo no, ¿verdad, Nicole?

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La propuesta de los grandes diseñadores.

Las transparencias son esa típica tendencia de la cual se oye hablar cada cierto tiempo; el titular de 'Fulanito de tal llena las pasarelas de transparencias' se puede leer casi cada temporada, aunque podríamos decir que es en la actual cuando ha adquirido cierta relevancia. Las pasarelas ya las anunciaron hace meses: Moschino, Chanel, Dior por un lado, Preen en su versión más masculina por otro, Chanel muy refinada y de estilo victoriano, La Perla como es de esperar en una firma de ropa interior y fiesta… La reina, sin lugar a dudas, ha sido Prada, precursora del encaje este invierno (que no es otra cosa que transparencia pura), combinado con tules y tejidos finísimos.

Aunque, echando la vista bien atrás, nos deberíamos remitir al mes de marzo cuando Madonna hizo una aparición con un vestido translúcido que avanzaba ya lo que veríamos después.

En lo que llevamos de invierno hemos visto cómo la influencia transparente se ha ido extendiendo más allá de los desfiles, en alfombras rojas y en ocasiones mucho menos formales. Siguiendo el ejemplo de Madonna, Marisa Tomey y Hillary Duff nos revelaban su ropa interior hace poco, la primera con mucho mejor gusto que la segunda. La siempre barroca Fergie presentaba recientemente en Londres una línea de MAC Cosmetics ataviada con esta blusita transparente bastante ochentera que le hubiera quedado mucho menos de señora si la falda de lápiz con la cual la combinó no hubiera sido brillante. Menos vaporosa y más accesible es la propuesta de Heidi Klum,con un estilo que casi podríamos definir como 'sencillo' comparado con la anterior.

Madonna y sus transparencias.

Pero, ¿llegan las transparencias a la calle? ¡Por supuesto! No hace falta ir a un estreno ni buscar en la boutique de Prada para encontrar prendas de este tipo. Ya lo preveía el prestigio y trendsetterísimo blog Refinery 29 antes del verano. En nuestro día a día también podemos utilizar las prendas transparentes, pero algo más translúcidas y en materiales no brillantes. Por ejemplo, con piezas como el top de algodón gris que lleva Lindsay Lohan en un momento de lucidez.

También hay otra forma más original, sólo apta para las más valientes, que consiste en ponerse una prenda transparente a modo de 'overall' sobre la camiseta y los pantalones. Dicho así suena fatal, pero veamos cómo lo ha combinado la célebre bloggera de Kingdom of Style, que lleva una especie de camisa negra oversized translúcida sobre unos leggings de colorines. Míralo con atención: si le quitas el bolerito barroco fucsia, el look destila glamour vanguardista por los cuatro costados. ¿Buscas algo más convencional y menos llamativo? Entonces no te fallará el clásico vestido transparentillo con leggings y botas. La versión retro y futurista a la vez nos la ofrece la responsable de Style Bubble, tan chic y tan cool que sólo te puede gustar u horrorizar.

Las firmas de street también tienen su pequeña dosis de transparencia a precios asequibles: Top Shop tiene esta camisa con margaritas y mangas acampanadas. Para llevar con un top negro de tirantes debajo, por supuestísimo. Mucho más bonita es esta camisa de seda floreada de Miss Sixty, ideal para combinar a diario con vaqueros, aunque quizás se ve demasiado primaveral. En la misma marca es mucho más aceptable este top más sexy y festivo que recuerda a los maillots de danza. Atención a la versión macarra y callejera de American Apparel, inspirada en las camisetas de basquet y totalmente unisex.

También puedes optar por algo más discreto, como el top de Lindsay Lohan.

Sin duda, uno de los puntos flojos de esta tendencia es lo fácil que es equivocarse con ella y caer en el mal gusto. Que se lo digan a Nicole Kidman, que no sólo ofendió hace poco a los aborígenes australianos tocándoles algo más que el didgeridoo, sino que a los demás nos enseñó todo el tanga cual adolescente poligonera mientras promocionaba su última película. Su vestido blanco transparente dejaba ver con bastante claridad su pequeño tanga del mismo color, creando un look que recuerda mucho a estas faldas medio de coña que salieron en Japón hace unos años. ¿Es que no aprendió de otros errores transparentiles que había lucido antes? Parece que lo suyo es demostrar que lleva ropa interior, no como otras famosillas que no suelen.

Otro ejemplo de cómo no lucir esta tendencia nos lo ofrece Agyness Deynn, que apareció así con una amiga en una fiesta de Henry Holland. Más circense que otra cosa, este pastiche no tiene ni pies ni cabeza: círculos de tela, pechos al aire, topos… Y, por supuesto, en el vestuario masculino la transparencia no debería tener cabida ni aunque venga de los shows de París. Aunque nos lo jure Dries Van Noten, un hombre enseñando la camiseta interior o la tetilla por debajo de la ropa no es ni será socialmente aceptado.

¿Y para la próxima primavera? Pues, de momento, los shows auguran más prendas translúcidas: Cavalli y Preen, para la primavera próxima, más futuristas, en Nueva York más barrocas.

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.