Estilismos adolescentes que no acabamos de compartir (¿o sí?)

Hace poco sacábamos a la luz nuestra faceta más teen admitiendo que muchos de sus nuevos ídolos son toda una revelación para aquellos que ya hace siglos que nuestra edad no empieza por 1. Hay que darle al César lo que es del César y, además de acné, energía por los cuatro costados e insultante juventud, hay que reconocer que los adolescentes tienen también tienen unos héroes de lo más prometedores.

Eso sí, ahora que nos metemos de lleno en el mundo adolescente, también somos más conscientes de sus múltiples costumbres estilísticas, casi todas ellas incomprensibles para cualquiera que haya dejado el instituto. Y digo ‘casi todas’ porque hay que reconocer que alguna sí sirve de inspiración a más de un adulto. Sin olvidar que todos hemos sido adolescentes, ni que hemos llevado las pintas más ridículas, repasemos los looks más perturbadores de los críos de hoy, a través de sus costumbres más descerebradas.

1. Medias cristal. Brillantes como el oro que tanto les gusta en las joyas, los panties cristal arrasan entre las adolescentes. ¿Por qué crean esta fascinación en vez de los más socorridos mates? Porque resplandecen, porque tienen un halo de glamour, porque dan aspecto de lujo… Eso es lo que piensan ellas, pero la realidad es que incluso teniendo unas piernas muy delgadas y estilizadas, las medias cristal producen un horrible efecto óptico engordante. Se combinan con shorts, microminis y, preferiblemente, botas de caña alta.

2. Microshorts en cualquier época del año. Costumbre aplicable sólo al campo femenino, y muy relacionada con la insensibilidad al frío. Armadas únicamente con unos panties brillantes y unos microshorts, las adolescentes no parecen asustarse ante las bajas temperaturas invernales. Las puedes ver tranquilas y contentas en cualquier reunión alrededor de un banco en enero y a altas horas de la noche con sus largas extremidades felizmente descubiertas y sin expresión de frío. Stradivarius, Blanco y Bershka son fuentes inagotables de minúsculos pantalones (mejor en negro y combinados con botas altas) más llamativos por su ausencia de tela que por la presencia de ella.

3. Pantalones 'cagaos'. Hasta hace unos años era una costumbre más masculina que femenina, pero en un momento en el que la igualdad de sexos ya es un hecho, las chicas cada vez se apuntan más a lo del pantalón mil tallas mayor. Y no, no nos referimos a ese oversized tan de moda esta temporada, sino a llevar el tiro tan tan bajo que se enseña completamente la ropa interior. Esto del pantalón 'cagao' viene directamente de la cultura del hip hop y del skate, y resulta de dudosa comodidad en el momento en el que da la impresión de que directamente se te van a caer al suelo, algo que sorprendentemente nunca pasa. La última moda, corroborada por nuestras fuentes teen infiltradas, es ajustarse los bajos con gomas o calcetines para que queden de estilo cargo.

4. Todo el invierno en sudadera. Retomemos el asunto de la insensibilidad al frío, probablemente causado por esos locos cambios hormonales propios de la edad. El abrigo más habitual entre las chicas es la chaqueta con cremallera, con capucha opcional, muchas veces forrada de borreguito o tipo bomber. Lo que más escandaliza a los adultos es que esta chaquetilla rara vez llega a la cintura. Sobran los plumas o los abrigos de paño; estos canguros de estilo deportivo, muchas veces con colores vivos, permiten una mejor visión de la cinturita de avispa (o de la que se tenga), y del trasero aún bien prieto (ídem).

5. Bambas kingsize vs taconazos matapiés. Los adolescentes tienen una curiosa querencia por las zapatillas de deporte de un tamaño completamente desproporcionado. La cultura urbana y, especialmente el skate han influido mucho en este amor que tienen los chicos y las chicas por las bambas enormes, con cordones de un dedo o más de grosor y las lengüetas grandes y coloridas a veces engordadas con un calcetín más debajo de ellas. Por el contrario, y sólo para chicas, también son muy comunes esos zapatos de tacón de aguja y puntera afilada o peep toe que pueden adquirir en Blanco, Primark y Calzados Díez desde 15 y 20 euros. Son del mejor plástico y sus tapas duran un suspiro, pero ellas machacan sus pies impasibles con ellos en sus salidas diurnas y nocturnas. ¿Serán inmunes a las ampollas?

6. Botas de flecos. Las celebrities más imitadas llevan varias temporadas sin quitarse las Minnetonka; por su parte, las adolescentes reinterpretan las botas de flecos a su manera sin atender muchas veces a la comodidad. Mientras que las primeras son planas, de ante y nada más y nada menos que el alargamiento de un confortable mocasín, las jovencitas no quieren renunciar al tacón ni a ahorrarse unos euros. Por ello, muchas veces compran versiones más baratas de materiales ‘parecidos a la piel’ con bastante tacón y una buena abundancia de flecos bien visibles. En el peor de los casos pueden adquirir esto, las botas más feas de todos los tiempos, y en el mejor, modelos más planitos aunque ricamente decorados.

7. Orejas multiperforadas. Esta costumbre no es precisamente nueva, y muchos son los adultos de hoy, adolescentes de ayer, que mantienen intactos aquellos nuevos agujeros que se hicieron en la época del instituto. Lo de los pendientes tiene mucho que ver con el control del propio cuerpo, además de con la ornamentación, y es mucho menos agresivo y visible que un tatuaje, por lo que es una práctica muy habitual. Además, no es muy caro hacerse un agujero en una farmacia o en una tienda de piercings —la solución más higiénica y segura—, aunque siempre los hay que optan por las tiendas de bisutería o un amigo un poco hábil con una aguja (en algunos foros hasta hay instrucciones de cómo hacerlo uno en casa solo). Desde aquí siempre aconsejamos las dos primeras opciones y, de paso, advertimos a estos adolescentes deseosos de lucir un agujero más en la oreja hoy que éste permanecerá para siempre, dado que rara vez se cierran. Experiencia personal…

8. Móviles hiperbarrocos. El teléfono móvil es un accesorio más de la cultura teen desde que sus precios se abarataron tanto hace unos años. Y, como era de esperar, cualquier objeto perteneciente a un adolescente tiene que ser lo más individual, creativo y propio posible para diferenciarse de la masa, de ahí que la mayoría de ellos luzcan sus teléfonos como auténticos árboles de Navidad. Las pegatinas, carcasas y colgantes para el móvil son absolutamente esenciales e imprescindibles, y no vale con uno solo; la cuestión es personalizarlo al máximo por fuera y, si es posible, también por dentro con elegantes politonos y canciones en vez de tono de llamada.

9. No hay mejor escenario que el baño de tu casa. Puede que no haya un arma más peligrosa que una cámara digital (o la misma del móvil) en manos de un adolescente encerrado en el lavabo de su casa. En el único lugar en el que pueden tener verdadera intimidad, se retratan en lo que a ellos les parecen las poses más sexys y divertidas para luego ligotear por ahí, sin tener muy en cuenta el poco glamour que ofrece una tapa del WC levantada, los muebles de dudoso diseño o la gomina Giorgi en primera fila. Quiero pensar que en realidad lo que pretenden es emular al mítico cuadro de Botero, pero me huelo que no es así…

Mientras que los padres querrían que sus hijos (y probablemente ellos mismos) vistieran como los pijazos y bien poco adolescentes personajes de Gossip Girl, sus hijos prefieren a Miley Cyrus y sus derivados. ¡Y no les culpo! ¿Qué es más inmediato y satisfactorio para esto del ligoteo, Marc Jacobs o Pimkie? La duda ofende…

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.