El descontento social ante los planes de ajuste económico del Gobierno y la falta de expectativas de muchos jóvenes laten tras los violentos disturbios que se iniciaron en Grecia hace cinco días a raíz de la muerte de un muchacho de 15 años por los disparos de un policía. Las primeras reacciones tras conocerse la muerte de Alexander Grigoropulos en el conflictivo barrio ateniense de Exarhia procedieron de un grupo de anarquistas que no superan las mil personas en la capital griega y que tienen entre 14 y 25 años. Sin embargo, el suceso dio rienda suelta a la tensión acumulada por las repercusiones de la crisis económica mundial, el descontento por los escándalos de corrupción en el Gobierno y el ajuste anunciado por el Ejecutivo y rechazado sobre todo por los más jóvenes, que sufren la tasa de desempleo más alta de la UE (22,9%). Los sindicatos, a pesar de las protestas han mantenida la convocatoria de huelga general ya que relacionan la irrupción de estas protestas con los planes económicos del Gobierno conservador, duramente criticados por la izquierda. 1m7s