Las divas del pop, una mina para los Razzies

Se acaba de publicar la noticia de que Britney Spears protagonizará su propio biopic. ¿Pero cuándo no se han interpretado a sí mismas Madonna, Mariah Carey o la propia Britney en el cine?

Ya lo intentó una vez...

Britney es un filón para la noticia absurda. Nadie puede creer al Daily Mirror cuando asegura que Phil Griffin, director de vídeos de Amy Winehouse, Basement Jaxx o Bon Jovi, dirigirá próximamente un biopic sobre Britney Spears en el que ella se interpretará a sí misma. Ya sabéis: rapándose la cabeza, agrediendo a la prensa, conduciendo un coche con un bebé en brazos, perdiendo la custodia de sus hijos, haciendo el ridículo presentando 'Gimme More' en los premios MTV…

Lo mejor de esta misteriosa fuente que ha filtrado la noticia al Daily Mirror es la frase: "Esta es la película por la que todos harán cola para ver a Britney". Claro, como todo el mundo sabe, las masas acudieron como locas a ver la anterior película de Britney Spears, 'Crossroads', esa (mala) suerte de 'road movie' que ni siquiera supera en audiencia a los telefilms de Antena 3 cuando compiten los fines de semana después de comer.

Alguien podría decir que el aliciente es ver a Britney interpretándose a sí misma. Pero a ver. ¿Cuándo una cantante de pop no se ha interpretado a sí misma en una película? ¿Alguien ha visto a Madonna en 'Buscando a Susan desesperadamente'? ¿Y en 'Who’s That Girl'? ¿Y seguro que son personajes tan distantes de ella los que vimos en 'Dick Tracy' o 'El cuerpo del delito'?

Madonna, a pesar de su éxito por 'Evita', por la que ganó un Globo de Oro, se resignó a su fracaso como actriz, prometiendo que no actuaría más después del gran fiasco de 'Barridos por la marea'. En aquellos años estaba recién casada con Guy Ritchie, que era un director de cine indie de cierto prestigio, y ambos decidieron rodar juntos este remake de un peliculón italiano que en inglés se llamó 'Swept Away'. Lo tenían todo para que les saliera bien. El personaje femenino era una déspota rica fascista y el masculino un criado comunista sometido a sus humillaciones. Ambos se perdían en una isla desierta, de repente ella dependía de él para sobrevivir y cambiaban las tornas. Lo que en realidad había sido una comedia de lo más políticamente incorrecta en los 70 perdió toda la fuerza en su remake y se transformó en el mayor fracaso cinematográfico de Madonna. Desde entonces, decidió refugiarse en la dirección. Pero incluso cuando presentó en la Berlinale su debut 'Filth & Wisdom' la crítica la puso a parir, porque la película volvía a pecar de lo mismo: está más llena de ella misma que de otra cosa, con uno de los personajes terminando en África, otro queriendo ser bailarina… ¿no es esa la vida de Madonna?

¿Y que decís de Mariah?

Lo mismo le ha pasado a Mariah Carey. Lo mismo, pero peor. El fallo definitivo de su película 'Glitter' fue incorporar sus éxitos como cantante, provocando que el fracaso del film afectara a su carrera musical y llevando a la expulsión de su compañía discográfica, dejando además a Mariah en una depresión sobre la que nunca se ha contado toda la verdad. Ahora vuelve a intentarlo y este diciembre estrena una película, 'Tennessee', en la que, cómo no, vuelve a cantar. ¿Es el hombre el único animal, etcétera, etcétera? ¿No se dan cuenta de que siempre terminan arrasando en los Razzies?

Es cierto que los resultados no siempre han sido tan catastróficos. Whitney Houston cuenta con una de las bandas sonoras más vendedoras de la historia gracias a 'El Guardaespaldas'. Y a Beyoncé no le fue del todo mal con 'Dreamgirls', aunque Jennifer Hudson la eclipsara consiguiendo el Oscar a la mejor actriz secundaria en la misma película. Quizá porque ambos films eran abiertamente musicales en los que sus actrices podían explotar sus voces y personalidades sin falsas coartadas. Películas a las que iban directamente a cantar y ya está, no en la que metían un par de canciones con calzador sin que a nadie le pegase nada.

A lo mejor es una buena idea que Britney se interprete abiertamente a sí misma en una película. Una novedad sería, y puede que la simple idea contenga la aceptación de cierto sentido autocrítico y sentido del humor, algo muy necesario y poco habitual en este tipo de películas. Sin embargo, parece poco probable que ella pueda salir airosa de un guión que no puede ocultar ciertos desastres. ¿Veremos más bien un ejercicio totalmente complaciente y promocional sobre su figura? Algo nos dice que antes de ver a Britney reconociendo sus decenas de errores delante de millones de personas, veremos a Phil Griffin grabando a Amy Winehouse haciendo deporte los domingos por la mañana en las inmediaciones del mercadillo de Camden.