"¿Conocéis ya franceses?"

POITIERS (FRANCIA).-  Poitiers está catalogada como una ciudad universitaria y durante la época de clases la ciudad está llena de estudiantes. Como no podía ser menos, destacan los famosos erasmus, los extranjeros de cualquier otro lugar del mundo y aquellos que viven en las pequeñas ciudades cercanas a Poitiers.

zoë_alexandra (Flickr)

Los estudiantes se reúnen principalmente en dos pequeños bares del centro de la ciudad. El día de marcha institucional es el jueves, ya que muchos viajan a sus ciudades los viernes después de mediodía.

El otro día tuve la visita de dos amigas andaluzas. Diana e Isa compararon Poitiers con Granada y quedaron 'flipando' ante el silencio y el orden. "Las ciudades estudiantiles en España son distintas", dijeron. Y es que el paisaje de este tipo de urbes españolas está compuesto por fiesta, cañas y tapas. Este no es el caso de Poitiers y todo está dispuesto para un año académico tranquilo o para terminar una tesis.

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Una ciudad para caminar...

Sin embargo, las fiestas son reemplazadas por veladas en casa, así que te pasas de cena en cena y, como todo queda cerca, y los buses desaparecen temprano, caminar de un lugar a otro no es un problema. Así, vas a cenas de siete horas, donde hablas y comes o comes y hablas. Se pasa el día rápido y no has leído nada. Como en Granada, digo, pero a otro ritmo. ¿Queda tiempo para la tesis? Que lo digan los granadinos.

En esa dinámica 'académica', los estudiantes extranjeros solemos reunirnos con nuestros pares. Es un problema si quieres aprender la lengua, pero uno no sabe bien cómo conocer franceses. Suena a hacer algo muy exótico, porque son más reservados y parcos.

En estas reuniones que organiza la universidad para saber si todo va bien con tu vida de extranjero en la ciudad, se realiza con insistencia esta pregunta: "¿Conocéis ya franceses?" De 50 personas reunidas levantan la mano dos o tres. El entrevistador no pone muy buena cara y explica que se organizarán jornadas de integración para que 'conozcamos' a franceses… (de verdad, eso suena muy raro.)

Esta es, pues, la ciudad del estudio. Y debes saber que, si vives aquí sin coche, ejercitarás tus brazos cada vez que vayas al supermercado. Los taxis, en su mayoría mercedes y audis, no son parte del paisaje y al hacer la compra te encuentras con que todo el mundo aquí tiene coche. Es increíble que siendo una ciudad estudiantil tenga tantos entuertos de movilidad. Se supone que si estudias no tienes dinero para comprarte un automóvil (bueno, tal vez en Latinoamérica esto sea más notorio), pero aquí hay uno por persona. El primer día de compras tuve que hacer autoestop para volver a casa, fue divertido. La gente es muy amable y siempre te echan una mano. Sobre todo si eres ese que no sabe que enfrente del supermercado hay también una parada de bus.

Estas dificultades con el transporte también son evidentes en la estación de tren los domingos, que es el día en que la mayoría de los estudiantes regresan. Es toda una aventura conseguir bus y es fácil ver a los estudiantes esperar largas horas con maletas… ¿No era esta una ciudad hecha para los jóvenes estudiantes? ¿Quiénes hacen los mapas de movilidad?

Al final, uno no se queja, camina mucho y poco a poco entiende cómo funciona este tipo de monumento-ciudad, que se mueve lento. Es de paso difuso, pero tranquilo, como suele ser el andar de los estudiantes extranjeros que buscamos, entre otras cosas, encontrar un francés.

Consejo útil: como en muchas ciudades europeas, sobre todo alemanas, en Poitiers es muy común el 'covoiturage'. Esto es, una persona con coche ofrece plazas para trayectos largos. Es una forma económica y ecológica de viajar. Si te interesa, consulta esta web.