Los niños de Teothokos, una historia real

Xud quiere compartir una entrañable experiencia sobre la capacidad de supervivencia del ser humano, de cómo se puede seguir adelante a pesar del maltrato y del abuso sexual:

M. A. Martín

Cuando trabajaba en la Ciudad de México, tuve la oportunidad de participar, como psicólogo, en una casa de acogida para niños desamparados. De eso ya hace más de 20 años, pero durante mi última visita a México disfruté de una ocasión sumamente especial, que me gustaría compartir con nuestros lectores y lectoras. Tuve el gran placer de asistir a una reunión en la que estuvieron presentes tres de aquellos niños, aunque ahora son unos treintañeros. A ellos quisiera dedicar este post, así como a todos los niños que pasaron por la Casa Hogar Teothokos.

La casa fue fundada por un sacerdote en los años 70 y en su apogeo había llegado a albergar a más de 50 menores. Su fundador, tras dedicarse a explotar a los menores y a enriquecerse a su costa durante años, se había fugado. Había dejado la casa abandonada y a los niños desamparados, sin decir nada a nadie. La casa estuvo desatendida durante unos meses hasta que llegó un nuevo director. El sacerdote estaba en 'busca y captura' por asuntos fiscales. Lo curioso es que para entonces, tres de los menores que habían estado a su cuidado habían presentado denuncias de abuso sexual en su contra. Sin embargo, ninguna de esas denuncias trascendió.

Cuando llegué a la casa, ésta acogía a alrededor de 15 niños de entre cuatro y 12 años. Si dejamos de lado la precariedad económica del centro y nos centramos en el aspecto psicológico, la situación de los niños era crítica. Encontramos que los niños habían sido crudamente maltratados. Las experiencias de abuso sexual estaban muy extendidas entre ellos y el impacto era serio. El sacerdote además de abusar sexualmente de ellos en variadas ocasiones, solía mandarlos a la calle a pedir limosna, con un letrero que los etiquetaba como 'huérfanos'. Ellos describen a su cuidador como un ser malo, avaricioso, egoísta y carente de empatía.

Unos meses después de que empecé a trabajar en la casa, descubrimos que casi ninguno de los niños era huérfano y que no estaban realmente desamparados. Conseguimos contactar con sus padres o tutores y nos enteramos de que el susodicho sacerdote les había prohibido visitar a sus hijos. Con ayuda, muchos de ellos se mostraron dispuestos a recuperar a sus hijos.

Al cabo del tiempo, la casa fue cerrada y mi amigo se convirtió en el tutor legal de tres de aquellos niños. Estos tres chicos ahora son adultos, cada uno está casado desde hace más de 10 años y con hijos. Uno de ellos tiene un hijo biológico y dos adoptados. Su historia es especialmente conmovedora. Aunque, en realidad, la biografía de cada uno de ellos también lo es y podría ser el motivo de un libro. Un homenaje a todos esos niños que no tienen la fortuna de recibir la protección que necesitan y que tiene la fuerza para salir adelante. El tema del libro sin duda sería la resiliencia. Se emplea el término de resiliencia para describir aquellas personas que, a pesar de sufrir situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos.

En nuestra maratoniana reunión del pasado verano, aprovechamos la ocasión para hilvanar, colectivamente, la historia de la casa y de algunos de sus habitantes. Los 'niños de Teothokos' presentes nos relataron muchas experiencias de su infancia, las cuales resultarían sumamente traumáticas para muchas personas. Está claro que estos niños han sido resilientes y han conseguido superar situaciones extremas. Me llamó especialmente la atención la reacción general de las ahora esposas de los entonces niños. Algunas de ellas desconocían el grado de abusos que sus cónyuges habían sufrido. Al escuchar sus relatos, se intensificó el amor y la comprensión que fluía en el ambiente.

¿Conoces casos de personas que, aunque han sufrido abusos sexuales, los han superado de manera positiva? ¿Crees que existen otros casos como los narrados? ¿Has conseguido superar situaciones difíciles de manera positiva?