¿Quién es hoy el rey de las carpetas?

Hagamos ejercicio de memoria y recordemos nuestra etapa adolescente de Instituto. Sí, tú tambien querido lector, no vayas de joven que todos sabemos que tienes los suficientes años para haber visto los comienzos de Madonna pasada de kilos y sin un duro en la cartilla de la caja de ahorros. ¿Recordáis las carpetas de clase llenas de fotos del Super Pop? Sííí, el fenómeno fans en los 80 estaba en pleno apogeo.

ampliar foto

Los New Kids, 15 años mediante.

Un montón de boybands cortadas por el mismo patrón. Grupitos de niños monos que cumplían con todos los roles posibles para llegar al mayor target de público. Todas tenían en común a un chico sensible, uno guapito que cantaba con voz de pito las baladas, el malote, el jovencito al que poder achuchar como hermano menor, el feo pero con talento, el pijo... Es decir, una versión hetero y descafeinada de los roles de los Village People.

Las chicas picantes, ahora y antes.

New Kids on the Block, N-Sync, Take That, Backstreet Boys (conocidos entre las chonis españolas como los 'bakestrikis') o la versión femenina de todo este movimiento que eran las Spice Girls. Todos tuvieron su parcela de éxito y todos triunfaron. Pero los tiempos cambian. Muchos de estos grupos han intentado volver en el siglo XXI con más pena que gloria. Ver en directo a estas alturas a un new kid alopécico, un bakestriki con graves problemas de retención de líquido o un take that con pinta de indigente perroflauta, más que 'giras de regreso' han sido una puesta en escena de 'El crepúsculo de los dioses' en su versión más cruda.

Sólo algo ha habido en común a todos estos regresos (aparte de lo cruel que resulta ver el paso del tiempo en los protagonistas de los sueños más dulces de muchas chicas hace un par de décadas). Nuevos discos llenos de baladas porque la artrosis les impide hacer sus endiabladas coreografías del pasado y un intento a la desesperada de pillar cacho entre la comunidad gay, sacando a algún miembro del grupo del armario y, si es necesario, a patada limpia por sus compañeros.

Que todas las boybands tenían un chico sensible entre sus filas lo sabía en la época cualquiera con un par de dedos de frente. Otra cosa es que tras años y años de negarlo luego se les vaya la cabeza y pretendan convertirse en abanderados de la causa como si toda la vida hubieran llevado tatuada la letra de 'I will survive' en la frente. El último caso conocido, aunque parece que aún no confirmado, es el de uno de los miembros de New Kids on the Block.

Lo sorprendente de los New Kids es que no va a ser Jordan Knight, en contra de lo que sospechamos de siempre los que conocimos al grupo en los 80, sino su hermano Jonathan. Para los que tengáis vagos recuerdos, los New Kids eran Jordan (guaperas y con escasas luces), Joey (niño pequeño), Donnie (el malote), Danny (rapero y feo) y Jonathan (el que hacía bulto). Cuando los New Kids comenzaban y eran teloneros de la gira de la cantante Tiffany, fue Jonathan el que se la ligó entre concierto y concierto, se hicieron novios y, como si de Madonna con el beso de la muerte a Britney se tratase, de la noche a la mañana la gira cambió, los New kids empezaron a triunfar y fue Tiffany la que terminó de telonera ninguneada en su propia gira. Tras esto, Jonathan le dio la patada a la chica. ¿Volverá ahora a salvar Jonathan a los New Kids con su salida del armario? No creo.

Y es que a nadie le interesan ya los grupos con un target de público tan amplio. La gente quiere especialización. En la era del consumo rápido y la cultura fast food, nadie quiere perder el tiempo pensando en qué miembro del grupo le gusta más según sus características. La gente quiere grupos cuyos miembros sean todos clónicos para no tener que pensar. Por eso, lo que ahora triunfa son los grupos para fans especializados. Y aquí tres ejemplos para tres grupos distintos de consumidores.

Jonas Brothers

Hermanos de diferentes edades, pero muy parecidos. Ellos se empeñan en las entrevistas en declarar que tienen personalidad propia y todas esas bobadas, pero, si no fuera por la altura de cada uno de ellos, sería imposible distinguir un Jonas de otro. Defienden la castidad y pertenecen a ese movimiento rancio y ultraconservador aparecido en América de jóvenes que prometen llegar vírgenes al matrimonio y como seña de identidad llevan un anillo.

Los Jonas Brothers lo tienen todo para triunfar y son los que más juego prometen dar porque... ¡son de la factoría Disney! Eso significa un futuro digno de seguir con lupa. Sólo hay que recordar cómo han sido los últimos productos surgidos de la edulcorada factoría: Lindsay Lohan (lesbiana y con problemas con la bebida), Britney Spears (la Raquel Mosquera americana), Justin Timberlake (le robó el virgo a la dulce Britney para terminar haciendo el mongui en un vídeo de una vieja que podía ser su madre y que antes se había besado en público con la Spears, convirtiendo todo en un triángulo enfermizo) o Christina Aguilera (ese pelo, esos gritos en las canciones, ese... todo). De aquí a un par de años a más tardar esperamos ver a los Jonas Bros en noticias relacionadas con fiestas salvajes, embarazos adolescentes, detenciones, drogas y demás. Son carne de cañón y lo saben.

Pussycat Dolls

¿Quién quiere a estas alturas unas nuevas Spice Girls? No por favor, qué pereza. Si vamos a lanzar un grupo para chicos, vamos a hacerlo bien. Garrulismo para gañanes en dosis altamente concentradas. Para ello cogemos a unas chicas que bailaban ligeras de ropa en el bar donde le pegó el jamacuco a River Phoenix, les metemos unas bases medio hip hop y rap para que no tengan que cantar mucho, porque lo que interesa es que enseñen teta y ya está.

'Don't cha' fue número uno con un vídeo subido de tono para ver en televisiones locales a altas horas de la madrugada, con o sin volumen. La canción era lo de menos. Las chicas triunfan entre la población masculina y salen más en revistas tipo FHM o Primera Línea que en las musicales, pero da igual. Una de ellas, Nicole, es novia del corredor de Fórmula 1 Lewis Hamilton (¡mira, igualita a la del Sueño de Morfeo! Bueno, igualita precisamente no). Sólo espero que no sea la Pussycat que desde la aparición del grupo se ha rumoreado que tendría un hueso en el cuello impropio de su sexo.

Bear Force One

La comunidad gay de osos tuvo su momento de gloria hace unos tres años y se acabó. El culto al cuerpo y la vida sana dio paso a un desfile de barrigas, pelo, colesterol y sobrepeso. Canciones, películas y bares temáticos dan prueba de ello. En ese contexto aparecen Bear Force One, cuarteto holandés que suele actuar en hipermercados y centros comerciales.

Cuando vimos sus primeros vídeos pensamos que sería una broma pesada. Esas versiones de karaoke cutres, ese vestuario de pantalón blanco y nikis de colores pastel. ¡Ni en la peor pesadilla de un adalid del buen gusto!

El grupo, en el que hay hasta un campeón de judo y luchador de K1, especialidad que abandonó cuando le rompieron la mandíbula, ha renovado su formación con dos nuevos miembros y tiene una web donde puedes ver su pelambrera y sus tatuajes en todo su esplendor y ponerte en contacto con el bear force que más te guste y mandarle un mail privado.

¿El principal problema? Lo que empezó siendo una broma de mal gusto se ha transformado en un primer single llamado 'Shake that thing' que es totalmente adictivo y que es imposible dejar de bailar, así que les daremos un voto de confianza, porque la canción es de lo mejorcito para las pistas de baile.

*Alejandro Arteche es nuestro colaborador de música.