A pie, en bici o en tren... muévete por los Países Bajos

LA HAYA (HOLANDA).-  Llegar a La Haya es fácil, y moverte por aquí también. Así que, si vienes a Holanda, además de Amsterdam, éste es un paso obligatorio para conocer bien los Países Bajos.

fibercool (Flickr)

Una forma de hacer turismo socorrida y barata es el tren. La red ferroviaria cuenta con conexión desde cualquier ciudad del país y del Benelux a precios muy asequibles. Los aeropuertos de Ámsterdam, Rótterdam y Eindhoven son los más cercanos, pero el de Ámsterdam (Schiphol) es el más recomendable: allí mismo se puede coger el tren que en tan sólo en media hora te lleva a La Haya.

Consejo: es recomendable ver en www.ns.nl los trayectos y los horarios de los trenes. Esta web tiene un simulador para calcular el precio del billete por trayecto y, aunque no es posible comprar el billete on-line, hay máquinas en abundancia para comprar el billete en todas las estaciones.

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Aviso: si compras el billete en ventanilla, pagarás una comisión por el servicio de 0,50€ por trayecto.

Siendo una ciudad extensa donde las haya, al igual que la mayoría de ciudades en los Países Bajos, todo es absolutamente plano, las distancias a pie eternizan los desplazamientos, así que se hace necesario el uso del medio de transporte nacional: la bici para recorrer sus rincones cual lugareño y poder descubrir muchas curiosidades que a cualquier extranjero llaman la atención.

En este sentido, el mercado de bicis en esta ciudad es muy grande, particularmente el de segunda mano. Sin embargo, no son tantos los lugares donde alquilarlas, y destacan los más turísticos como las dos estaciones de tren de la ciudad: Central Den Haag y H.S.

En muchas plazas existen parkings para bicis que se abonan en taquilla, como los parking de coches, en función del tiempo que se ha dejado la bici y dependiendo de la zona cuestan aproximadamente unos 0,60€/hora, aunque, verdaderamente, se puede dejar la bici en cualquier lugar, atándola con un candado a una farola u otro punto que se encuentre en el camino, sin miedo a sorpresas a la vuelta.

Consejo: si uno alquila una bici hay que tener en cuenta que los modelos antiguos de bicicletas llevan un sistema de frenado distinto al habitual y es cuestión de destreza, puesto que la bici se frena pedaleando en sentido contrario al de marcha y no hay en los manguitos ningún sistema de frenado adicional.

Para los menos aventureros, las líneas de tranvía y de autobuses te llevan a cualquier rincón de la ciudad. Pero, curiosamente, en un país donde todo es extremadamente organizado, la lógica del funcionamiento de estos vehículos de transporte público en cuanto al uso del ticket, a muchos, como a mí, nos desborda. Sinceramente, aún me cuesta entender tanto el uso como el propio diseño del billete, todo un pergamino interminable fuera de lugar en ciudades modernas y avanzadas como ésta. Para aclarar mejor el tema, y sin ánimo de repetir, es muy recomendable leer el artículo del corresponsal en Ámsterdam de Soitu, José Olcina, quién explica muy bien en qué consiste la famosa 'strippenkaard'. Corroboro todo lo que en él expone.

Lo único bueno es que este billete de transporte público es de uso nacional, en cualquier ciudad neerlandesa, y es aplicable tanto para autobuses como tranvías.

Aviso: en La Haya los revisores abundan y también se ve poner multas a los usuarios que viajan sin billete. Suelen ir en parejas o en grupos de cuatro absolutamente vestidos de negro y están en todas partes.

En cuanto a los taxis, no es común encontrarlos deambulando por la ciudad. Resulta muy difícil levantar el brazo y que pare uno, hay que pedirlos previamente por teléfono a la central de taxi con la dirección exacta de recogida. Por ello, es útil llevar grabado en el móvil o apuntado un teléfono de alguna central del taxi (por ejemplo,+31 (0)70 390 77 22). A partir de la una de la madrugada no se encuentra ningún transporte público alternativo en la ciudad.

En la maleta, imprescindible chubasquero y paraguas (cuando llueve a menudo lo hace con viento y el paraguas solo no basta), zapatillas cómodas de deporte, y un callejero.