Visita una exposición de arte... en un búnker de la II Guerra Mundial

Berlín no deja de sorprender por muchos años que vivas aquí. En esta ciudad a todo le sacan partido, ya sea a una antigua fábrica abandonada o a un antiguo búnker. Sí, habéis leído bien, un búnker. Y es que un coleccionista de arte llamado Christian Boros decidió comprar hace ya unos cuantos años un antiguo búnker de la II Guerra Mundial, situado en el centro de Berlín, para exponer en su interior su colección de arte privada. Tuvo que llevar a cabo una gran reforma para habilitar el recinto y así poder mostrar el interior del búnker a todos aquellos que se acerquen a ver la exposición.

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A. de C.

El búnker por fuera...

Es una buena oportunidad para ver el interior de un antiguo búnker, a la vez que contemplas numerosas obras de arte. Es, además, una experiencia que todo aquel que tenga la suerte de visitar Berlín debería vivir para intentar sumergirse en todo lo que vivió la capital alemana durante los años de la guerra.

El búnker se encuentra en el barrio de Mitte, muy cerca del barrio del gobierno, en la calle Reinhardtstr esquina Albretchstr.

El edificio sorprende por sus dimensiones. Más de tres mil metros cuadrados construidos por los nazis en 1942, con la idea de que sirviera para dar cobijo a más de dos mil personas contra las bombas, para lo que cuenta con paredes de tres metros de grosor y de 2,3 metros de altura.

La gran estructura semejante a una ciudadela fue obra del arquitecto Paul Bonatz. No fue pensada sólo como protección contra los bombardeos sino como algo para la eternidad, como monumento conmemorativo de la guerra. Por ello ingeniaron un diseño para intentar camuflarlo un poco y construyeron una versión minimalista de un palacio renacentista florentino, con pórticos en los cuatro lados, ventanas pequeñas y una descargada cornisa.

philippbosch (Flickr)

y el búnker por dentro.

Cuando el Ejército Rojo ocupó la ciudad en 1945, el búnker pasó a convertirse en una cárcel provisional. Poco después, durante la época de la RDA decidieron darle otro uso y se empleó como almacén de textiles o de fruta, de manera alternativa, ya que derrumbarlo les hubiera supuesto mucho dinero.

Tras la caída del Muro, el búnker pasó a ser propiedad del Gobierno Federal Alemán y fue olvidado junto con otros muchos edificios de la ciudad, momento en el cual muchos jóvenes decidieron darle otro uso y lo convirtieron en un famoso club ilegal de música techno en los años 90, hasta que en el año 2000 el Gobierno lo sacó a la venta.

Es entonces cuando cae en manos del magnate de la comunicación Christian Boros, que tras cuatro años de reformas, lo abrió al público a principios de junio para que todo aquel que quiera pueda contemplar su interior y al mismo tiempo las obras de arte que acoge. En la azotea el magnate se ha construido una impresionante casa tipo Penthouse, con piscina incluida.

Christian Boros colecciona arte contemporáneo desde 1990 y con el paso del tiempo ha conseguido que su colección privada ascienda a cerca de 500 obras de artistas como Damian Hirst, Olafur Eliasson, Elizabeth Peyton, John Bock o Michel Majerus. Al mismo tiempo promueve a 57 artistas con extensos grupos de trabajo. Parte de su colección ya ha sido expuesta al público en en museos en dos ocasiones.

En la exposición se admiten grupos de un máximo de 12 personas (es posible la inscripción por internet), con una visita guiada de hora y media por el búnker, cuyo precio asciende a 10 euros. Las visitas guiadas son en inglés o en alemán.