Abuelos y nietos de la moda revueltos en la Cibeles Fashion Week

La expectación por conocer cómo sería el nuevo concepto de pasarela Cibeles se acaba de desvelar. Adiós renovación. Siguen los eternos dinosaurios, a partir de ahora mezclados con los chavalines de El Ego en una orgía de dudoso gusto. Neptuno se suma a Cibeles dando nombre a los dos escenarios sobre los que desfilarán 52 diseñadores. Tanto rollo para esto.

Ifema

La nueva pasarela Neptuno.

En el mundillo de la moda se espera con inquietud el anunciado cambio de rumbo del escaparate de la moda patria. Ifema acaba de presentar el nuevo formato y el resultado es mucho ruido y pocas nueces. Al margen de las grandilocuentes cifras, 'de 5.400 a 14.000 metros cuadrados de superficie ocupada' y una pasarela nueva, Neptuno, 'más tenue y vanguardista, de seis metros de ancha y a ras de suelo con posibilidad de recorrido en V' que se vende como el colmo de la modernidad frente a la clásica Cibeles, 'neutra y glamurosa, con una altura de 30 centímetros y 2,4 metros de ancho', todo sigue igual. Inamovible. ¡Ah! También cambia de nombre. Tachán, tachán: Cibeles Fashion Week. Un síntoma de internacionalización, quizá porque ahora comparte denominación con la London Fashion Week o la New York Fashion Week, entre otras decenas de pasarales. Todo un canto a la originalidad.

Y llegamos al espinoso tema de los elegidos para la gloria. Repasas el programa en busca de sangre fresca y sólo encuentras a Nicolás Vaudelet, el francés que firma las colecciones de la clásica marca de estilo andaluza,El Caballo, a la pareja catalana Jan iú Méssustituyendo a Spastor claramente -que abandonaron porque preferían producir en lugar de vivir de subvenciones- y a Krizia Robustella, un trasvase de El Ego en realidad. A esto no se puede llamar revolución, ni tan siquiera apuesta. Schlesser, Vivtorio & Lucchino, Devota & Lomba, Agatha Ruiz de la Prada, Francis Montesinos, Jesús del Pozo, Larrainzar, Kina Fernández, Andrés Sardá, Juana Martín o María Lafuente seguirán mostrando esas prendas taaaaan creativas que cuelgan de las perchas de El Corte Inglés, la cadena famosa por apoyar a los nuevos talentos patrios.

El Delgado Buil o Carlos Díez no deberían participar de esta orgía de autocomplacencia porque acabarán dejándose arrastrar por los usos y costumbres de lo establecido, de lo políticamente correcto y no podrán renunciar -igual ya es tarde- a las golosas subvenciones. Para que ningún borrego quede fuera del rebaño, El Ego abandona el espacio propio del que disfrutaba hasta ahora y que le permitía mostrar cierta independencia y pasa a integrarse en la supuesta reconversión cibelina. Los 16 jóvenes diseñadores con proyección que integran el cartel se renuevan en nueve nombres, los otros siete repiten. Y es que repetir la jugada es la principal característica de la moda española.