¿Qué está pasando en las centrales nucleares?

En los últimos meses se ha disparado el número de incidencias en las centrales nucleares españolas: primero Ascó, después Almaraz y Cofrentes y ahora Vandellós. ¿Qué esta ocurriendo con las centrales nucleares? ¿Es normal la cantidad de incidencias que vemos publicadas en los medios o entran dentro de la normalidad? Hemos hablado con el Consejo de Seguridad Nuclear y con la organización ecologista Greenpeace y no parecen coincidir en opiniones.

El pasado mes de abril se detectó en la central nuclear de Ascó (ver álbum), en Tarragona, partículas radiactivas en el exterior de los edificios de la planta y dentro de su emplazamiento. En mayo, la central de Almaraz I, en Cáceres, tuvo problemas con el sistema de incendios mientras la planta se recargaba. En lo que llevamos del mes de julio, la central nuclear de Cofrentes, en Valencia, ha sufrido diversas incidencias, y sin ir más lejos, este mismo fin de semana se han detectado partículas radiactivas en Vandellós II, Tarragona.

Ante nuestra pregunta de si estos incidentes están ocurriendo o no dentro de una 'cierta normalidad', el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) afirma que todos estos sucesos que están apareciendo, muchos de ellos sin gravedad, están coincidiendo en un corto periodo de tiempo y por ello se habla más de ello, "pero no hay que preocuparse". Según fuentes de este organismo encargado de vigilar las instalaciones nucleares, lo más importante es que estas incidencias no superen el nivel 1 de la catalogación de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES) e insiste que "todos los sucesos, por poca relevancia y riesgo que supongan, deben ser notificados con lo que ahora se conoce todo lo que ocurre".

En 2007 el Consejo registró un total de 93 sucesos, una cifra situada en torno al valor medio obtenido desde 1990. Todos ellos, excepto uno, fueron clasificados como nivel 0 del INES lo que significa que son desviaciones operativas sin riesgo para la seguridad. En este mismo mes hace un año, los datos del informe del CSN, muestran que se localizaron seis sucesos notificables:

Por el momento, el CSN no ha informado sobre la cantidad total de incidentes producidos en el actual mes de julio, pero nos invita a que comprobemos todas las reseñas y notas de prensa publicadas en su página web, y, siguiendo su consejo, comprobamos que al menos se han detectado cuatro sucesos notificables: una bajada de potencia en Cofrentes (01/07/08), una alerta por contaminación en Cofrentes (04/07/08), una prealerta por la apertura de una válvula en esta misma central (10/07/08) y la detección de tierra contaminada en Vandellós (11/07/08). A esto habría que añadirle la identificación de un nuevo punto de actividad cerca del tanque de agua de recarga en Vandellós durante el fin de semana.

Si nos remontamos a los datos recopilados entre 1990 y 2007, el CSN indica que en ese periodo de tiempo se han detectado 42 sucesos en niveles superiores al 1 en la escala INES: 40 casos de nivel 1, cuya evolución se aprecia en el gráfico, y dos casos de nivel 2: la central de Trillo (Guadalajara) en 1992 y la de Vandellós II (Tarragona) en 2004. Por ahora este año ya se ha localizado un caso de nivel 2 en la central de Ascó (Tarragona).

Pese a todo esto, en Greenpeace tienen una visión muy diferente del CSN. Carlos Bravo, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, opina que los incidentes en centrales nucleares del último mes no le parecen normales. "No deberían darse, estamos en una situación de envejecimiento de las centrales nucleares españolas, donde los fallos reiterados y los sucesos notificables son de esperar", explica Bravo. "Y a medida que las centrales envejecen, el número de fallos aumenta", detalla.

Según datos del grupo ecologista, los sucesos notificables aumentaron un 62,4% en 2006 respecto a 2005; y en 2007, el aumento continuó con un 32% en relación a 2006. Aunque ahora no sea noticia, Bravo no puede evitar recordar el caso de la central nuclear de Garoña: "esta central sufre un grave problema de agrietamiento por corrosión en diversos componentes de la vasija del reactor, lo que hace que la central esté funcionando de forma peligrosa", afirma el ecologista. "En lugar de invertir en seguridad, la compañía Nuclenor intenta renovar el permiso de explotación durante más años, van a parchear las instalaciones para que tengan más años de vida", añade.

En opinión de este ambientalista, el envejecimiento de las centrales es inevitable. "El problema es que se van deteriorando al mismo tiempo que se degrada la cultura de seguridad y consecuentemente esto propiciará que este año se batan récords de incidencias", asegura Bravo.