La UNESCO otorgó anoche la categoría de Patrimonio de la Humanidad a 17 cuevas de la Cornisa Cantábrica que albergan los testimonios artísticos más importantes realizados al final la última glaciación, cuando casi toda Europa estaba cubierta de hielo y el norte de España servía de refugio a los cazadores del Paleolítico. La primera y más importante de ellas, Altamira, ya gozaba de ese reconocimiento desde 1985. Ahora se le suman nueve cuevas más de Cantabria, cinco de Asturias y tres del País Vasco. 1´11´´