Amy Winehouse pone de moda hasta los moratones

Hoy toca Amy Winehouse en el Rock in Rio y sus fans tendrán que tener cuidado, no vaya a ser que se líe a puñetazos con ellos. Y es que la chica gusta bastante del tema agresión: contra sí misma y contra quien se ponga delante. Pero como todo lo que hace lo convierte en moda, Amy Winehouse ha conseguido lo impensable. Lucir un poco magullada es 'cool'.

Puede que esto así dicho resulte un poco freak, pero sólo hay que echar un vistazo a personajes como Agyness Deyn. La modelo ha aparecido con unos shorts muy shorts y las piernas plagadas de moratones. Agyness luce sus marcas con orgullo, y su atuendo no deja lugar a dudas: quiere que todo el mundo vea sus cardenales. Si no, con ponerse un pantalón largo hubiera bastado.

Pero este afán por mostrar, o al menos no esconder, las heridas de guerra no es nuevo. Amy Winehouse ha paseado cortes, hematomas y sangre por las calles de Londres muchas veces. Y parece que Agyness no se quiere quedar atrás y se apunta al look de apaleado.

Las chicas malas venden. Esto ha ocurrido siempre. Ya lo destacaba Vogue Francia en un editorial de moda dedicado por entero a Amy Winehouse. El repaso es bastante esclarecedor: Marianne Faithfull, Madonna, Courtney Love, Britney, Amy... Kate Moss nunca ha trabajado tanto como después del episodio de la cocaína.

Y ahora que mientras desde todos los púlpitos del mundo de la moda nos intentan vender a Agyness como la sustituta de Kate Moss, la tendencia pura -portadas de Vogue, su omnipresencia en las revistas y blogs y el monográfico del i-D titulado 'Icon'- la realidad es que su rollo ochentero de chica mala no inspira a nadie (más bien es ella la 'inspirada').

Y luego está Amy. Karl Lagerfeld cayó rendido a sus pies y no sólo le dedicó una colección sino que ahora ha peinado a los maniquíes de sus escaparates como ella. Cavalli anda rogándole que sea su imagen, se rumorea que puede desfilar en la London Fashion Week, evento en el que el año pasado actuó para Fendi. Suzie Menkes ya le ha nombrado el 'icono fashion' del momento y su maquillaje y su peinado son de lo más imitado, tanto en las pasarelas -dejemos el desgraciado tributo de Francis Montesinos en Cibeles aparte-, como en la calle. Sí, sube al metro con los ojos bien abiertos y empezarás a ver versiones de Amy de unos 16 años.

Pero, ¿qué tiene Amy?. Pues muy fácil: Amy es auténtica, no trata de vender nada, su actitud es de verdad. Hace lo que le da la gana de la mañana a la noche y eso atrae inevitablemente. Así se crean los iconos y no a base de artificio, como en el caso de Agyness o Irina Lazareanu que se interpretan a sí mismas, se meten a cantante-dj-artista o lo que surja y creen que eso es suficiente para vender actitud. Así que la cosa está clara. Olvídate del bluff Agyness. Todo lo que Amy toca se convierte en moda. Hasta los moratones.