Un tipo sin par

Si quieren saber cómo es el trabajo del fotógrafo que ha ganado el máximo galardón de la actual edición de PHE, échenle un vistazo en su web a alguno de sus muchos libros de fotografía. Un tipo genial, aunque yo no le invitaría a la boda de mi hija, ni a la comunión de mi sobrino. Ningún fotógrafo tiene una mirada tan ácida, tan impertinente y tan certera sobre la sociedad occidental actual como Martin Parr. El ojo de Parr está especializado en retratar con altas dosis de ironía al hombre 'moderno' occidental y, particularmente, la vulgaridad de una sociedad que —según su visión— está consumiendo a su entorno.

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Martin Parr

No hay concesiones. Parr dispara donde más nos duele: el turismo de masas, el consumo de masas, el marketing y la publicidad de masas, la globalización... Su fotografía, aparentemente tan kitsch e inocente, es una arma de destrucción masiva.

Su trabajo siempre ha sido fuente de polémica. Una muestra: cuando el fotógrafo británico ingresó en la agencia Magnum en 1994, hubo una gran controversia: "Muchos estaban en contra de mi inclusión, porque pensaban que mi estilo era demasiado cínico. Las guerras y las hambrunas eran algunos de los temas tradicionales del fotoperiodismo de Magnum, pero a mí me interesaban otros aspectos de la vida moderna: el consumismo, la riqueza, el turismo. Cuando se produjo mi ingreso, la fotografía estaba cambiando y Magnum necesitaba reinventarse. Yo fui parte de ese proceso de cambio".

Parr lo explica a la perfección y es que detrás de este inglés, de aspecto parecido al actor Bill Murray, con cara de no haber roto un plato y voz de locutor de radio, hay un fotógrafo culto y original. Dicen que sus fotos son el puente que une el arte con la fotografía documental. Algunos le tachan de superficial, pero su obra es compleja, enigmática y paradójica hasta el extremo. Su trabajo es un análisis profundo de nuestro mundo: "Me considero un fotógrafo muy político. Muy serio y conservador desde el punto de vista fotográfico, pero que trata de dar la vuelta al lenguaje publicitario y a las hegemonías", explica. Parr es también (apunte, Señor Pingüino), un coleccionista compulsivo, entre otras cosas de libros de fotografía, asunto en el que se ha convertido en un verdadero experto hasta el punto de editar la primera historia de los libros de fotografía en dos volúmenes que no tiene desperdicio (The photobook: A history volume I & II, Phaidon). Cualquiera lo diría de un tipo que ha publicado un libro llamado 'Postales Aburridas' (1999), una colección aburrida y monótona de 160 postales de entre los 50 y los 70 de las islas británicas reproducidas a escala real, y sacadas de su colección particular.

U otro, 'Bad Weather' ('Mal tiempo', 1982), un estudio sobre la famosa lluvia nieve y la niebla en la Inglaterra industrial, o 'The Phone Book' ('La guía de teléfonos', 2002), que constituye una serie de ácidas imágenes que exploran el modo en que el teléfono celular se ha convertido en uno de los gestos indisociables del hombre moderno. Su trabajo más reciente, Luxury, es su particular retrato de la población más ostentosamente rica del planeta.

Lo cierto es que las fotos de Martin Parr, de colores exagerados y perspectivas atípicas, son inconfundibles, a no ser que nos topemos con alguno de sus muchos imitadores. Y es que es uno de esos fotógrafos obsesivos que han creado una nueva manera de ver el mundo y de fotografiarlo, especialmente el mundo de la clase media trabajadora de Occidente.

Así que rían o lloren al reconocerse en sus imágenes y, sobre todo, tengan cuidado: si le ven estos días paseando por Madrid con su cámara, no se acerquen mucho a este hombre, disimulen y den media vuelta con naturalidad, puede ser peligroso verse después en uno de sus libros.

*Sofía Moro es nuestra colaboradora de fotografía