Catedral, universidad y mirador sobresaliente

PITTSBURGH (EEUU).-  Uno de los puntos fuertes de Pittsburgh es la habilidad que ha demostrado para reinventarse a sí misma y pasar de ser la ciudad del acero a una ciudad con una vida universitaria apabullante: cerca de 100.000 estudiantes pasean a diario por las calles de esta ciudad, de los que unos 40.000 pertenecen a la Universidad de Pittsburgh, la más grande en términos de número de alumnos. Así que no es de extrañar que uno de los símbolos más representativos de Pittsburgh sea un edificio con fines educativos y, además, perteneciente a la Universidad.

Michael. G. White

Se trata de la Catedral del Aprendizaje (Cathedral of Learning), un rascacielos de más de 163 metros de altura y arquitectura gótica construido en 1937 expresamente para uso docente. Se trata del segundo edificio más alto del mundo dedicado a este propósito. Tiene 2529 ventanas, 36 plantas y es el único edificio de Pittsburgh que puede ser visto desde prácticamente cualquier rincón de la ciudad porque está situado sobre una de las colinas del lado Este.

El nombre de catedral le viene dado por su marcado estilo gótico, el cual trató de seguirse de manera rigurosa. Tanto es así que en su elaboración no se emplearon materiales modernos como el acero o el cemento para la construcción de los arcos ojivales, que derivan en diversas bóvedas de crucería que conforman un gran salón en la primera planta, en el que los estudiantes aprovechan para descansar y charlar entre clases.

Bordeando el gran salón se disponen una serie de aulas muy especiales: las conocidas como Nationality Rooms, un conjunto de veintiséis aulas, cada una de las cuales está ambientada en un país diferente del mundo (España todavía no está) con extremo detalle: desde el material del mobiliario a la disposición de la clase pasando por la decoración de las paredes o las lámparas. Los materiales acostumbran a ser traídos del país de origen bajo la supervisión de un experto en Historia de dicho país, hasta el punto de que el coste medio de cada aula ronda los trescientos mil dólares.

Lo interesante de la Catedral del Aprendizaje es que prácticamente cada planta alberga una sala particular, aunque quizás la más espectacular sea la situada en la dos últimas plantas. Se trata de una pequeña biblioteca de dos plantas presidida por una gran escalera de madera y bordeada por unos grandes ventanales que permiten ver Pittsburgh con varias millas de distancia.

No obstante, la mayor parte de las dependencias del edificio son simplemente clases donde se enseña filosofía, historia o Español, entre otras muchas materias, y pese a que se trata de un edificio de uso diario y no un monumento orientado al turismo, sus puertas están abiertas a cualquier persona de forma completamente gratuita. En cualquier caso, será difícil que visites Pittsburgh y no veas la Catedral del Aprendizaje: en cuanto levantes un poco la vista, la verás en el horizonte.