Publicidad confesional

La ONG Fundación Kolbe de Publicitarios Católicos moderniza la comunicación de la Iglesia Católica.

¿Es usted responsable de una parroquia con alto índice de absentismo por parte de los fieles? ¿Ha notado en su obispado que el número de vocaciones ha disminuido alarmantemente? ¿Cuando habla a sus parroquianos más jóvenes de San Miguel éstos le piden dos tercios?

Si ha respondido afirmativamente a todas estas preguntas, tal vez necesite la ayuda de la Fundación Kolbe de Publicitarios Católicos. Una ONG confesional de profesionales de esta disciplina dedicados a modernizar la imagen que la Iglesia Católica acostumbra a emplear en su comunicación comercial.

Kolbe: emprendedor, visionario y mártir

A grandes rasgos, podríamos decir que es a Maximilian Kolbe –sacerdote polaco que acabó sus días asesinado en un campo de concentración nazi tras cambiarse por un condenado a muerte padre de familia–, a quien le debemos la existencia de la Cope, Popular Televisión, Radio María y otros medios de comunicación semejantes.

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Emprendedor y consciente de la trascendencia de los avances tecnológicos para la difusión del mensaje eclesiástico, Kolbe puso en marcha, incluso contra la opinión de sus superiores religiosos, mucho más conservadores que él, diferentes revistas, periódicos y emisoras de radio destinados a difundir el mensaje de la Iglesia Católica.

Inspirada por la labor de este sacerdote, la Fundación Kolbe ha conseguido modernizar la comunicación de la Iglesia gracias a dos elementos: primero, una buena dirección de arte que se aleja tanto de esas imágenes clásicas sacadas de libros de Historia del Arte, como de esas vírgenes modernas que pinta Kiko Argüello y, segundo, una redacción directa, contundente, irónica y hasta con doble sentido que, de no proceder de quien procede, podría parecernos irreverente o hasta ofensivo, como ese cartel que califica a la religión como "La chispa de la vida" o ese con un felpudo en el que reza "Bienvenidos moros de mierda" y, en un texto más pequeño, "Ya es hora de dar la bienvenida a los inmigrantes con el corazón, no con el odio y la discriminación".

Una comunicación inteligente y radical en la que, como afirman los responsables de la ONG, no hay ninguna herejía pues cualquiera de los mensajes que se incluyen son acordes con el Evangelio.

Publicidad a la carta

El funcionamiento es sencillo. Cualquier parroquia u organización católica que precise de un cartel para anunciar una actividad puede acudir a la Fundación Kolbe y bien solicitar a sus miembros que se lo diseñen, bien descargarse uno de los que ya están disponibles en la web.

De la misma manera, aquellos publicitarios católicos que quieran colaborar con esta iniciativa, pueden ponerse en contacto con la Fundación y enviar sus creaciones.

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De esta forma, en la web de la Fundación pueden encontrarse anuncios como "El bueno muere, los malos se salvan. Para que luego digan que la misa no es actual", "Si Mortadelo jamás escribió una carta a Filemón ¿Quién lo hizo?", "Tiene el pelo largo, es capaz de reunir millones de jóvenes a su alrededor y no es Guns’N’Roses" o "Que tus hijos no escuchen hablar de Jesús sólo después de un estornudo. Ven a misa".

Mensajes frescos, bien ejecutados que han conseguido actualizar el mensaje de la Iglesia, al menos estéticamente, pues, en temas como el aborto o los anticonceptivos, el mensaje sigue siendo muy crudo, frontal y en ocasiones agresivo.

Una interesante labor que sorprende cómo no ha sido realizada antes pues, como declaraba hace unos años al suplemento Alfa y Omega de ABC el creativo Paco Segarra, actual responsable de comunicación del Grupo Intereconomía y uno de los responsables de la Fundación, la Iglesia Católica tiene el mejor de los logotipos, la cruz, y el mejor de los productos: el paraíso y la resurrección.