Cosmética para la crisis: usa aloe vera

Oímos hablar de él, está presente en infinidad de productos cosméticos y es más famoso que la Coca Cola pero ¿sabes hasta qué punto es útil el aloe vera? Parece mentira que una humilde planta pueda hacer tantas cosas, por tan poco dinero y simplemente aplicándote su pulpa sobre la piel.

Ya sabemos que en cosmética no hay que escatimar dinero pues la consecuencia pueden ser alergias, rojeces, granos... Pero hay un producto sano, efectivo y barato: el aloe vera. Esta planta crece de manera espontánea en lugares secos y pedregosos (en las Islas Canarias salen por doquier), aunque también se puede cultivar e incluso tener en casa. Simplemente con mantener una temperatura no inferior a 10º y no regarlo muy a menudo.

Desde el principio de los tiempos (los antiguos egipcios ya lo conocían) esta planta se ha utilizado con fines cosméticos y medicinales ya que tiene un sinfín de propiedades antisépticas, calmantes, bactericidas, anestésicas, antiinflamatorias, antipiréticas y un largo etcétera.

Con el paso de los siglos se ha mantenido su uso, y en los últimos años se ha convertido en el ingrediente de moda y garantía de pureza-naturalidad-efectividad en toda marca que se precie. Las firmas de belleza que van de naturales siempre lo tienen entre sus componentes (The Body Shop, Weleda, Yves Rocher, Oriflame…), y las de lujo y última tecnología también cuentan con los beneficios de esta planta (Dr Brandt, Aveeno, Kiehl’s, Skeyndor, Darphin…).

Pero uno mismo, en su propia casa, también se puede beneficiar del aloe en estado puro, por muy poco dinero y todas las veces que le dé la gana. No hay más que acudir a una floristería y comprar una planta de aloe vera (suelen rondar los 8-10 euros) que, como decíamos, requiere muy pocos cuidados. Cortando las hojas y extrayendo su poderoso jugo tenemos un eficaz, barato y antialérgico remedio (sólo un 1% de la población mundial tiene alergia al aloe) para muchísimos males. ¿Tantos? Pues sí, y eso que sólo vamos a hablar de sus usos más sencillos: para calmar después de la depilación y el afeitado, para calmar después de tomar el sol, para eliminar granitos, rojeces y pequeñas estrías, para cerrar los poros dilatados o para curar pequeñas heridas y cortes. Tenerlo en casa es una gran ayuda ya que es muy efectivo contra pequeñas quemaduras y heridas, picaduras de mosquitos, hematomas, dolores musculares…

Pero, ¿cómo utilizarlo? Muy sencillo: se corta una hoja casi desde la base; cortamos un trozo desde el final (el tamaño dónde lo vayamos a utilizar), lo lavamos para eliminar una capa amarillenta que hay entre la piel y el jugo, y aplicamos directamente la gelatina transparente sobre la zona que queramos tratar. Se deja secar y listos. Como no produce alergias, lo podemos usar tantas veces como queramos sea cual sea nuestro tipo de piel. El resto de hoja que nos sobra lo envolvemos en papel de aluminio y lo congelamos hasta su siguiente uso, porque mantendrá sus propiedades. Aunque cortemos las hojas, a la planta le irán saliendo más hijos con el tiempo, de manera que tenemos la producción de aloe garantizada durante unos cuantos años.

Es bastante fácil (y barato) tener una reserva de aloe vera en casa. Si aún así te parece muy engorroso, hay multitud de empresas que comercializan la planta con altísimo grado de pureza, desde el 97% al 100%. Por supuesto que es más fácil aplicarse el aloe puro sacándolo de un bote que haciendo todo el ritual de cortar la hoja y lavarla, pero pierde mucho de la sensación botica de la abuela.

En cualquier herbolario -y cada vez en más farmacias y hasta perfumerías normales- se puede encontrar aloe vera puro, y además siempre nos queda el extenso mercado online. Aloe Virtual, La despensa del aloe o La tienda del aloe son sólo algunas de las docenas de e shops donde podemos adquirir la famosa planta en todos sus formatos.

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.