Roberto Shimizu, un arquitecto mexicano de origen japonés, ha dedicado medio siglo de su vida a coleccionar juguetes hasta reunir más de un millón de piezas, muchas de las cuales exhibe gratuitamente en su casa, convertida en el Museo Antiguo del Juguete, en el centro de Ciudad de México. En la popular colonia de La Obrera, este arquitecto de 64 años, con estudios en Londres y Tokio, convirtió hace un año una antigua casona propiedad de su familia en un museo donde pueden contemplarse más de 10.000 juguetes de los siglos XIX y XX.