¿Le cantará la dulce y culta Carla a Sarkozy los clásicos de la 'chanson' francesa al oído?

¿Le habrá escrito ya una canción a Nicolás como hizo con el padre de su hijo para conquistarle? Lo dudo. Tras ese fondo pretendidamente culto recuperando repertorio de Serge Gainsbourg con el beneplácito de Jane Birkin y musicando a poetas ingleses con el asesoramiento de Marianne Faithfull, se esconde una petarda que sólo desea ligarse famosos para añadir a su agenda y hacer una nueva muesca en su cinturón.

No, no me la imagino en la intimidad de la residencia oficial del Presidente cantándole tonadillas con su voz de pajarito asmático asustado como si fuera una Francoise Hardy del siglo XXI. Su estudiada intelectualidad de modelo asqueada de la frivolidad, canta a pose y cuela tanto como cuando Christina Rosenvinge pasó de hacer chás y aparecer a tu lado a ser la rockera más encuerada y atormentada de todo Malasaña.

Con 15 años era fan de Telephone, el grupo del momento en Francia, consiguió la dirección de su cantante y terminó liándose con él. Con 22 compartió cama con el millonario Donald Trump y luego estuvo seis años con Mick Jagger, siendo una de las causas de la ruptura de su matrimonio con Jerry Hall a la que puso de vuelta y media a la menor ocasión diciendo que era una mujer sin clase. Tras dejar a Jagger pasó una temporadita con Eric Clapton y luego rompió otro matrimonio, el de un profesor de literatura que la dejó embarazada mientras su mujer legítima escribía un libro de venganza/ficción donde recibía el nombre de 'la terminator'.

¿A punto de cumplir los 40 qué le puede quedar? Pues pretender ser la Primera Dama de Francia. El pobre Nicolás, una especie de superhéroe que no duda un momento en coger un avión y viajar donde sea a liberar compatriotas apresados como si fuera el protagonista de una novela de Tom Clancy, no pega para nada con una cantautora trascendental y atormentada. A no ser que vaya de pose.

Porque ¿hay algo más hortera que declarar tu amor en EuroDisney y pasar el fin de año en Egipto en un viaje organizado? Por favor, si un poco más y les vemos con la pulsera de 'todo incluído' en algún Resort del Caribe.

¿Dejará en la intimidad la dulce Carla la guitarra y las antologías de poetas beatniks a un lado y le cantará a Monsieur le Président a grito pelado el equivalente gabacho al 'opa, yo via haze un corral' y los grandes éxitos de los Gipsy Kings? Fíjate que me da que sí.