Seguro que el escritor y dibujante William Donahey jamás imaginó que acabaría viviendo en una casa como la de sus personajes de cómics, los Teenie Weenies. Pero la compañía Reid-Murdoc regaló al artista una casa de verano junto al lago Sable con forma de barril de encurtidos, como aquellas en las que vivían sus diminutas creaciones. La construcción se convirtió en toda una atracción turística, y tuvo que ser trasladada a Grand Marais, donde hoy se puede visitar. Hay que agradecérselo a la Grand Marais Historical Society, que la compró en 2003 y la restauró para que la gente pueda comprobar cómo vivía el matrimonio Donahey.
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