Empezó con una aparición insignificante en '1941', de Steven Spielberg, en el 79. Después vendrían minúsculos papeles en cintas de grandes directores, como 'Las puertas del cielo' (Michael Cimino, 1980) o 'Fuego en el cuerpo' (Lawrence Kasdan, 1981), pero no fue hasta que Francis Ford Coppola se cruzó en su camino que se convirtió en estrella. Su 'Chico de la moto', a lomos de una de las más oscuras y reivindicables obras del director de 'El Padrino', fue un icono absoluto de los primeros 80.
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