Rafa Nadal y Fernando Verdasco nos han brindado posiblemente el partido más brillante del presente Abierto de Australia. Además, pueden presumir abiertamente de haber sido protagonistas del partido más largo en la historia del torneo, tras cinco horas y cuarto de batalla encarnizada. Eso sí, cuando acabó el partido, los contendientes abandonaron la pista como buenos amigos, como si fuera el final de la película 'Casablanca'.